Cómo diferenciar los avances reales de las tendencias de moda en el campo de la IA para que los inversores pueden tomar decisiones más informadas y efectivas.
La inteligencia artificial (IA) ha emergido como una fuerza transformadora en diversos sectores, y los de finanzas e inversión no se mantienen ajenos, tal y como demuestra que, en el primer semestre de 2023, los inversores de private equity y venture capital destinaran 40.000 millones de dólares en startups de IA. Mientras, se prevé que el mercado de la IA, valorado en unos 200.000 millones de dólares en 2023, supere los 1.800 billones de dólares en 2030.
La inteligencia artificial no es solo una moda en las fusiones y adquisiciones tecnológicas, sino una fuerza transformadora que está reconfigurando el panorama competitivo. Se están realizando adquisiciones estratégicas con el objetivo de mejorar capacidades, ampliar presencia en el mercado y asegurar el liderazgo en un sector tecnológico de rápido desarrollo. Según un estudio de CB Insights, las fusiones y adquisiciones en el sector de la IA repuntaron hasta alcanzar la cifra récord de 317 operaciones en 2023.
La principal tendencia se enfoca en la IA generativa
La IA generativa se sitúa como una de las principales inversiones tecnológicas para los inversores. En este sentido, fondos como Blackrock consideran que la IA es una megatendencia y ya han invertido en empresas tecnológicas y centros de datos impulsados por la IA para anticiparse a los futuros avances en este campo.
A pesar de una disminución del 10% en la financiación interanual, las startups de IA recaudaron 42.500 millones de dólares en 2023, con las startups de IA generativa (genAI) captando el 48% de esta financiación, un aumento significativo comparado con el 8% de 2022.
Dado que las startups de IA generativa han captado una parte importante de la financiación y el interés por la IA, la actividad de fusiones y adquisiciones en este campo puede considerarse especialmente estratégica. Las empresas buscan adquirir tecnologías capaces de crear nuevos contenidos y perspectivas, ampliando así los horizontes de lo que la IA puede lograr.
En este sentido, la participación de gigantes tecnológicos como Google y Nvidia como inversores activos en startups de IA no solo respalda el crecimiento del sector, sino que también sugiere que la futura actividad de fusiones y adquisiciones pueda seguir siendo sólida, ya que estas empresas pueden tratar de adquirir startups en las que han invertido para integrar directamente sus tecnologías, según se desprende del informe de CB Insights.
Combatir el IA washing
Si bien es cierto que esta tecnología ofrece oportunidades sin precedentes para el crecimiento y la innovación, la proliferación de términos ambiguos y fenómenos como el IA washing, práctica que consiste en tergiversar el alcance del uso de la IA en productos o servicios, están generando situaciones de confusión entre los inversores. Igualmente,
Ante este escenario, Vaultinum, empresa líder en Due Diligence Tecnológica basada en datos, ofrece una serie de consejos para ayudar a los inversores en su toma de decisiones ante un panorama en el que distinguir entre los avances genuinos y los conceptos de moda dentro de los desarrollos de la IA resulta crítico.
Cinco consejos para inversores
Según Vaultinum, los cinco elementos clave que pueden ayudar a los inversores a identificar las verdaderas oportunidades de IA y evaluar mejor el valor estratégico de estas tecnologías son los siguientes:
- Calidad de los datos: la verdadera tecnología de IA se nutre de la asimilación constante de datos para el aprendizaje, la generalización y la mejora. En consecuencia, una estrategia de datos reflexiva y exhaustiva que garantice la calidad, la diversidad y la confidencialidad es esencial para las empresas impulsadas por la IA.
- Transparencia: se refiere a la claridad y apertura con la que una empresa explica cómo se desarrollan, entrenan y despliegan sus modelos de IA. Los inversores deben buscar explicaciones claras de cómo se utiliza la IA, los problemas específicos que aborda y las aplicaciones prácticas de sus soluciones.
- Propiedad intelectual y talento técnico: la ausencia de propiedad intelectual defendible, como patentes, derechos de autor o secretos comerciales, podría ser indicador de que una empresa puede estar informando erróneamente sobre la IA. Del mismo modo, la presencia en el equipo de técnicos cualificados en el desarrollo y despliegue de modelos de IA suele ser un sello distintivo de las empresas basadas en inteligencia artificial. Como tal, la due diligence del inversor también debe evaluar la experiencia técnica y las cualificaciones del equipo de desarrollo. Una combinación que incluya científicos de datos, investigadores de IA, ingenieros de machine learning y expertos del sector, suele poner de manifiesto el compromiso de una empresa con el desarrollo de esta tecnología.
- Investigación y desarrollo (I+D): la relación entre la inversión en I+D de una empresa y sus ventas totales es un indicador del compromiso de una empresa con la innovación y el progreso tecnológico. Según el Banco Europeo de Inversiones, las organizaciones que invierten más del 10% de su facturación en I+D tienen más probabilidades de introducir innovaciones radicales, incluidas tecnologías de IA pioneras.
- Consideraciones reglamentarias y éticas: cuando los inversores evalúan empresas de IA, es importante comprender las consideraciones normativas y éticas a las que se adhieren estas empresas. No se trata solo de cumplir las leyes vigentes, sino también de prepararse para futuras normativas y demostrar un compromiso con las normas éticas. Si las empresas descuidan estos aspectos, corren el riesgo de alertar a los inversores.
“Invertir en IA requiere comprender los mecanismos, capacidades y limitaciones de los diferentes modelos de IA, algo necesario para tomar decisiones de inversión informadas, evaluar la viabilidad y el potencial de un negocio a largo plazo, y las consideraciones éticas de las empresas impulsadas por IA”, explica Enrique O´Connor, director general de Vaultinum Iberia y Latam.
Por otro lado, la compañía recomienda tener en cuenta las consideraciones éticas y el posible impacto social de las tecnologías de IA, aspectos cada vez más importantes. “Los inversores deben favorecer a las empresas que aborden proactivamente estos aspectos, demostrando su compromiso con el desarrollo beneficioso y responsable de la IA y mitigando los riesgos futuros”, añade O´Connor.