impresión 3D carne

Barcelona es uno de los centros más activos de impresión 3D y referente de la alta cocina. Ahora es también donde el investigador Giuseppe Scionti desarrolla una alternativa a la carne animal que imprime gracias a las nuevas tecnologías.

Barcelona se convierte en referente de la impresión #3D de carne vegetal #innovación Share on X

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Esta alternativa a la carne está compuesta de ingredientes vegetales que imitan la textura real, un factor difícil de conseguir. El método desarrollado por el investigador permite obtener filetes artificiales cuya textura es muy similar a la carne, algo que se ha logrado gracias a teste de compresión y tracción. A la hora de imprimir el producto, se introduce la mezcla en la impresora y se distribuye a través de una boquilla atendiendo a un diseño creado por el propio Scionti en AutoCAD.

“La tecnología prevé un sistema escalable, de manera que no se necesiten impresoras en paralelo. Teniendo una provisión de material continuo y varios extrusores a la vez se podrá producir mucho más producto en mucho menos tiempo”, explica Scionti.

Este proyecto emplea técnicas que se usan habitualmente para la carne cultivada con células en laboratorios y técnicas de bioimpresión, adaptadas para emplearlas con materiales que se utilizan para hacer carne vegetal. Así, la máquina tarda entre 30 y 50 minutos en crear una pieza de 100 gramos. La impresora ha sido construida por la Fundació CIM, un centro tecnológico de la UPC y exponente del boyante sector de impresión 3D en Barcelona.

Un futuro alternativo para la alimentación

El material de los filetes es una mezcla de proteínas en polvo, provenientes de arroz o guisante, y componentes de algas. Se trata de productos consumidos habitualmente por veganos y vegetarianos. “La dificultad es reordenar estas nanofibras de las proteínas vegetales intentando que se parezcan a las proteínas animales. Hay que estudiar primero la histología del tejido animal, cómo están ordenadas las fibras musculares, y después hay que intentar replicarlo con ingredientes vegetales no modificados genéticamente”.

El proyecto de Scionti aún necesita pulir detalles de los aspectos físicos para que se parezca más a la carne animal, así como concretar elementos para mejorar el sabor y el color. Actualmente imprimir 100 gramos de carne vegetal cuesta dos euros, pero al escalar la producción el precio se reducirá.

El investigador busca llevar su proyecto a organizaciones como la FAO o el World Food Program para que sea estudiado como una herramienta para combatir la desnutrición. Sin embargo, también se ha puesto en contacto con Ferrán Adriá y con el centro de investigación de los hermanos Roca para plantear una incursión en el sector de la restauración.

Fuente El País

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