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Investigadores de la Universidad de Cádiz han desarrollado una nariz “inteligente” que detecta la presencia de gasolina incendios, una vez llevadas a cabo las labores de extinción.

Una nariz inteligente capaz de determinar la intencionalidad de los incendios #innovación Clic para tuitear

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Tan solo en 2017 se quemaron en España 174.788 hectáreas en incendios forestales, muchos de ellos intencionados. Precisamente para identificar cuándo la mano del hombre se encuentra detrás de estos incendios, la Universidad de Cádiz ha diseñado un sistema capaz de identificar compuestos inflamables a partir de muestras obtenidas in situ y determinar, en menos de 15 minutos, si hay restos de carburante.

Esto significa un gran avance en este terreno debido a la complejidad que conlleva la identificación de los materiales involucrados en un incendio. La razón es que la propia naturaleza destructiva del fuego, en contacto con el aire y otros materiales, reduce drásticamente la intensidad y, por tanto, su identificación se ve dificultada por la modificación de los restos líquidos.

María José Aliaño, responsable del proyecto, asegura que esta nariz “inteligente” serviría como herramienta de trabajo adicional en el ámbito de la química forense. El objetivo es “ofrecer nuevas técnicas analíticas resultantes del trabajo científico que optimicen el tiempo de respuesta tras un incendio. La utilización de este dispositivo ofrece ventajas tanto en el tratamiento de la información, ya que facilita la selección de datos relevantes, como por el hecho de facilitar el tiempo necesario para salvaguardar en todo momento la seguridad de quienes realizan la toma de muestra”.

Un olfateo inteligente

Una de las ventajas adicionales de este dispositivo es que es capaz de determinar la presencia de combustibles incluso después de un mes. Esto significa que podría asegurar el lugar en el que se provocó el incendio.

El sistema analiza las muestras introducidas en unos recipientes especiales que se colocan en un horno incubador. La aplicación de diferentes temperaturas provoca la concentración de compuestos volátiles, que es lo que la nariz olfatea. El software, entrenado previamente, analiza la información obtenida.

Gracias a todos los datos obtenidos durante el estudio, los investigadores han confeccionado una base de datos con las características de los líquidos inflamables, en la que aparecen carburantes puros pero también combinaciones.

La nariz electrónica se encuentra en su primera fase de desarrollo, en la que se ha centrado en la detección e identificación de restos de gasolina, ya que es el carburante más común. Sin embargo, los investigadores ya trabajan en la detección de diesel y parafina.

Fuente InnovaSpain

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