mandamientos IA

La irrupción de la inteligencia artificial generativa ha marcado el inicio de una nueva era en el mundo empresarial. Las principales empresas del Ibex 35 ya han comenzado a explorar su implementación, enfocándose en un aspecto clave: capacitar a sus empleados para interactuar eficazmente con esta tecnología. Más que una herramienta, la IA se perfila como un socio estratégico, capaz de transformar tareas rutinarias en soluciones eficientes y productivas.

Repsol, por ejemplo, ha liderado proyectos piloto con su equipo utilizando Copilot Microsoft 365, logrando que los empleados ahorren más de dos horas semanales en promedio. La metodología implementada se basa en un esquema claro de instrucciones que incluyen asignar roles específicos a la IA, contextualizar las consultas, establecer parámetros claros y ejemplificar los resultados esperados. Este enfoque no solo ha optimizado tareas como la búsqueda de información y la redacción de documentos, sino que también ha permitido mejorar la calidad y estructura de los entregables.

Por su parte, Iberdrola ha constatado un ahorro del 40% en el tiempo dedicado a la gestión documental, al mismo tiempo que sus empleados destacan un incremento en la calidad de las entregas. En un contexto donde la velocidad y precisión son factores competitivos clave, las compañías están descubriendo que la IA no solo multiplica la eficiencia operativa, sino que elimina bloqueos creativos y facilita la toma de decisiones más informadas.

Los seis mandamientos para hablar con la IA

La interacción eficiente con la inteligencia artificial generativa depende de seguir ciertos principios fundamentales. Estas son las seis reglas clave que las empresas están aplicando:

  1. Asigna un rol específico a la IA. Pídele que actúe como un experto en un área concreta. Por ejemplo: “Responde como un analista de ventas enfocado en la satisfacción del cliente”.
  2. Ofrece un contexto detallado. Asegúrate de incluir información relevante para que la IA comprenda el propósito de la tarea. Detalles como datos, objetivos y escenarios específicos son esenciales.
  3. Establece límites claros. Define parámetros como fechas, estilos de lenguaje o longitud de las respuestas. Esto ayuda a obtener resultados más ajustados a las necesidades reales.
  4. Estructura los pasos a seguir. Indica una secuencia lógica de acciones. Por ejemplo: “Analiza este documento, extrae los puntos clave y crea una tabla comparativa”.
  5. Utiliza plantillas o modelos previos. Facilita un formato base que sirva de referencia para la respuesta, aumentando la precisión y eficiencia del resultado.
  6. Adelanta un ejemplo del resultado esperado. Proporciona un modelo de referencia para guiar a la IA hacia la solución más adecuada.

Del aprendizaje al impacto: La IA redefine el trabajo

A medida que más empresas adoptan la IA generativa, el aprendizaje continuo de los equipos se posiciona como un diferenciador esencial. Empresas como Damm han apostado por comunidades internas de formación para compartir conocimientos y construir bibliotecas de prompts que optimicen el uso de la IA en diferentes áreas de negocio. Esto permite, por ejemplo, automatizar procesos como la preselección de currículos en tiempo récord, sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados.

Sin embargo, el impacto de la IA no se limita a la eficiencia operativa. Amadeus, con un programa global que involucra a 10,000 empleados, destaca cómo esta tecnología puede potenciar tareas críticas como resumir reuniones, extraer conclusiones y facilitar la planificación. Pese a sus ventajas, directivos como Beatriz Méndez-Villamil insisten en la importancia de la supervisión humana, recordando que la responsabilidad final del contenido generado recae siempre en el usuario.

En un contexto donde el 72% de las organizaciones ya han integrado la IA en al menos una función empresarial, la brecha radica en el nivel de preparación del talento. Solo un 4% de los empleados en España se siente listo para enfrentar el futuro laboral, según datos de Adecco. Las empresas que apuesten por acompañar a sus equipos en este proceso no solo aprovecharán el tiempo ganado, sino que liderarán la transformación hacia modelos de trabajo más ágiles, productivos y sostenibles. La inteligencia artificial no es el futuro: es el presente, y quien domine su uso marcará la diferencia.

Fuente: El País