Cuando escuchamos palabras como “jet privado” muy a menudo nos imaginamos soluciones desorbitadas y poco aterrizadas a la realidad del día a día de una empresa. Sin embargo, son muchas las ventajas que proporciona este servicio de transporte.
Además, con la asistencia rápida, experta y personalizada de plataformas de alquiler de jets como AEROAFFAIRES, descubriremos la sorprendente relación calidad-precio de este medio de transporte y cómo puede ser un punto de inflexión en la adopción de rutinas de desplazamientos de directivos.
Coste de oportunidad y aviación privada
Puede que a simple vista no veamos evidente la relación entre estos dos conceptos. Por esto, vamos a pararnos a analizar detenidamente la implicación del segundo sobre el primero.
Para calcular el coste de oportunidad real de un viaje, la fórmula es sencilla y vox populi: Coste de oportunidad = Valor de opción NO elegida – Valor de opción elegida.
Sin embargo, para calcular de forma realista este coste, es importante tener en cuenta y pararse a pensar en aspectos poco visibles: ¿se han optimizado los tiempos de viaje? ¿se les ha brindado a las personas implicadas en el viaje herramientas para poder utilizar los trayectos de ida y vuelta para trabajar en buenas condiciones?
El tiempo de un directivo es oro, y neutralizar un día de agenda productiva puede ser un golpe difícil de asumir para una empresa. Sin embargo, dibujemos un escenario diferente al clásico desplazamiento profesional. Esta vez, analicemos con lupa un desplazamiento en vuelo privado:
La ida
Arranca el día, el traslado al aeropuerto se hace en la mayor brevedad posible por un medio de transporte ya concertado.
Una vez llegados al aeropuerto, el vuelo privado está listo y el directivo puede embarcar ipso facto. Al tratarse de un aeródromo menos concurrido, el trayecto que debe recorrer desde el transporte hasta el avión es también mínimo.
Esto le permite, de forma casi inmediata, ponerse a adelantar trabajo mientras el servicio de catering pone a su disposición un desayuno equilibrado. La conexión WIFI disponible en el jet ejecutivo le permite contestar emails, avanzar tareas; en definitiva, arrancar su jornada laboral tal y como lo haría desde la comodidad de su oficina.
Llegada a destino
El aterrizaje y abandono del avión se hace de forma rápida. Al salir del aeropuerto, el medio de transporte previamente reservado le está esperando para llevarle a su reunión. Además, con un jet privado las opciones de aeródromos son mucho mayores que las disponibles con un vuelo comercial, por lo que es probable que el lugar de aterrizaje elegido en el plan de vuelo se encuentre a proximidad del lugar final de destino.
Una vez en destino, con toda la logística previa optimizada de forma casi quirúrgica, la fatiga se ve reducida y la persona en desplazamiento cuenta con más energía para afrontar la reunión o evento al que asiste. Si el desplazamiento tiene como cometido el cierre de una operación decisiva, por ejemplo, imaginemos cuán crítico puede ser reducir los niveles de estrés y cansancio para afrontar este momento con el mejor estado anímico posible.
La temida vuelta
La gestión de la vuelta está tan optimizada como la ida, lo que permite al viajero un ahorro de tiempo y energía considerable. Una vez embarcado, el directivo puede ponerse al día y retomar los temas más urgentes de su agenda, e incluso intercalarlo con momentos de descanso: una siesta reparadora, un catering para recuperar fuerzas, … La sensación al llegar a casa es la de haber afrontado un día de trabajo retador, pero no la de haber tenido que lidiar con dos jornadas de trabajo en una.
Su percepción, predisposición y rendimiento ante estos desplazamientos se verá impactada y, por tanto, también lo hará su productividad.
En resumen, calcular el coste de oportunidad de un viaje de negocios de un directivo o gerente va mucho más allá de sumar gastos y beneficios directos obtenidos con dicho viaje. Para un correcto análisis estratégico y financiero de la empresa, es capital pararse a pensar detenidamente en estos eslabones de la cadena, que jugarán un papel decisivo a la hora de evaluar la productividad de un directivo durante un viaje de negocios. Si incorporamos todos estos elementos cualitativos a la balanza, es probable que el coste final de un desplazamiento en avión privado se vea rápidamente rentabilizado en el total del coste de oportunidad asumido.