En los últimos meses he vuelto a aficionarme al baloncesto americano, aunque esta afición me ha vuelto, más por la información que se cuenta al respecto, que por el juego en sí.
Ya he comentado en más de una ocasión que el estilo actual del baloncesto que se juega por allí me resulta menos atractivo, si bien, la cantidad de información que nos llega a través de las redes sociales, hace que haya recuperado el interés y que esté mucho más informado de lo que he estado en los últimos 15 años.
Ese retorno me ha hecho ver que han cambiado muchas cosas, y lo más llamativo ha sido la forma de llegar a la información. En mi caso, ha sido a través de la gran cantidad de streamers pseudo amateurs que informan a diario sobre la competición.
A consecuencia de ello, me he enterado también de que marzo es el mes del baloncesto universitario, en el que se hace un pequeño paréntesis mediático en el baloncesto profesional y en el que se cierra el campeonato de universidades, donde los equipos clasificados se cruzan en un cuadro parecido al del tenis hasta llegar a los últimos cuatro, que resuelven el campeonato en una ronda que se juega en un fin de semana.
Y este año, el baloncesto universitario nos ha nutrido de importantes logros, que, debido a su dificultad, merecen ser comentados.
- La importancia de la estructura organizativa: En el campeonato femenino, el equipo vencedor, South Carolina University consigue el título después de haber renovado a su equipo titular al completo. El mérito real les viene del hecho de que el año anterior se clasificaron para la Final Four, cayendo derrotadas en semifinales. Además, han conseguido cerrar el campeonato sin haber caído derrotadas en ningún partido. Está claro que en esta universidad hay muchas cosas a nivel organizativo que se hacen muy bien.
- El nacimiento de una estrella: Este campeonato y las finales han revelado el nacimiento de una estrella mediática, la jugadora de la Universidad de Iowa, Caitlin Clark, de la que la entrenadora rival en la final dijo lo siguiente, una vez acabado el partido: “Quiero agradecer personalmente a Caitlin Clark por potenciar nuestro deporte. Ha llevado un peso muy grande, y no va a parar en NCAA. Cuando sea #1 del draft de la WNBA lo hará ahí también. Caitlin, si estás ahí escuchando, tú eres una de las GOATS (mejores de todos los tiempos) de nuestro deporte, y por eso te apreciamos”. Estaremos atentos a su evolución, porque, es un auténtico espectáculo de jugadora y tengo claro que, en no mucho tiempo, el gran público sabrá su nombre de carrerilla.
- El equipo por encima del individuo: En el campeonato masculino, la Universidad de Connecticut, Uconn Huskies, consiguió su segundo título consecutivo. En este caso, supone el triunfo de un equipo sólido, sin una mega estrella, con reparto de protagonismo entre todos los titulares y con la idea en la cabeza de volver el año que viene a conquistar el tercer título consecutivo.
Es cierto que el último fin de semana del torneo no es más que la guinda del campeonato, aunque sea la razón de su existencia, pero, igualmente, nos transmite enseñanzas o reflexiones sobre las organizaciones y su forma de estructurarse, sobre el rol que cada uno desempeña dentro del grupo, los liderazgos tanto visibles como invisibles, la gestión de los triunfos y de las derrotas, los éxitos efímeros, y los que se mantienen a lo largo de mucho tiempo, y un largo etcétera de situaciones.
De todas ellas, yo he extraído las tres comentadas porque son las que me han parecido las que más se quedarán en la memoria de todos.
El tiempo dirá…
Por Alejandro Ribas, Socio de ACFYD Análisis.