Aristóteles forma parte de la terna de más destacados intelectuales de Occidente. Los otros dos son Santo Tomás de Aquino y Hegel.
Aristóteles no fue un mero especulativo. En paralelo ejerció de empresario erigiendo un centro de formación, el Liceo, alejándose de aquel en el que él se había desarrollado, la Academia, conducida por Platón. Era hombre práctico y buen observador. De buen corazón e inteligencia brillante, no fue workaholic. Atendió con esmero a sus esposas (quedó viudo de Pitias y casó con Herpilis) e hijos. Su obra trasluce su afán por el equilibrio entre la vida personal y las ocupaciones profesionales.
Además de filósofo y empresario ejerció como coach de alta dirección. El heleno nacido en la ciudad de Estagira fungió de tutor de Alejandro Magno entre el 343 y el 341 a. C. Posteriormente asesoró a otros dos futuros reyes: Ptolomeo y Casandro.
Como inigualable polímata no hubo arte o ciencia conocidas en la época a la que no dedicara atención.
Hace ocho lustros que comencé a engolfarme en las aportaciones de este eximio personaje. Con Entrevista a Aristóteles. Filosofía para emprendedores y líderes (LID Editorial, 2023) doy un paso más en mi empeño de que quienes lo deseen puedan mejorar su vida gracias al conocimiento de las reflexiones realizadas por este pensador de hace veinticuatro siglos.
Entre otras enseñanzas que pueden espigarse de Entrevista a Aristóteles, anoto aquí las siguientes:
- Para gobernar hay que disponerse con conocimiento teórico-práctico. Cuando alguien asciende sin el debido entrenamiento, provocando temor y no compromiso, deja patente de forma obscena su engreimiento y sordidez. Será un mero jayán.
- La educación y la cortesía promueven la benevolencia de aquellos con quienes convivimos. Por el contrario, las reacciones groseras incitan a que nos desprecien.
- La dictadura puede ser un método temporal de gobierno en situaciones de profunda crisis, pero está sazonada con el miedo y debe ser sustituida lo antes posible por otro régimen.
- Quienes se llevan la contraria a sí mismos de forma continua ponen de manifiesto su indigencia intelectual. Una persona equilibrada procura vivir lo que predica predicar lo que vive.
- Los pensadores honrados son los más críticos con su propia obra.
- Quién vigila, incluso cuando se encuentra aparentemente seguro, es mucho más valiente que quien se lanza sin atención hacia terrenos desconocidos.
- Toda criatura humana posee de forma innata el concepto de derecho.
- Solo la manipulación de los perversos estrafalarios mezclada con la fragilidad personal provoca la desaparición del concepto de ley natural. Exhibirá firuletes como si fueran joyas reales. Engañará durante un tiempo, incluso prolongado, a algunos, pero no a los mejor preparados.
- Tiende a imponer sus ideas no quién más sabe, sino quien más grita. Eso no le da la razón, sino que manifiesta su fragilidad intelectual.
- Somos fruto de nuestras ilusiones puestas en práctica con arresto. Quien no se esfuerza por desarrollar su potencial será un estafermo.
- Cada uno de nosotros tenemos la capacidad de mejorar el entorno que nos rodea.
- Lamentarse no sirve para nada. Solo quienes se lanzan a navegar en medio de las tempestades descubren nuevos mundos.
- Hay que abrirse al mundo. Quien vive encuevado poco más aportará que sus complejos y paranoias. Contemplará estantiguas por doquier.
- Los cobardes no son quienes tienen miedo, sino quienes, a pesar de padecerlo, se atreven a seguir adelante.
- Acumular bienes materiales resulta conveniente, porque de ese modo podemos ayudar a otros. Error es convertir el propio patrimonio en ídolo al que venerar.
- Para formar personas, la exigencia es esencial. Las sociedades que ensalzan la pereza y la mediocridad acaban siempre en el fracaso colectivo e individual. Generan flacuchentos mentales.
- La política es la profesión más sublime si se desenvuelve al servicio de los ciudadanos. Si quienes ocupan puestos públicos solo piensan en su disfrute, se convierten en los seres humanos más deleznables y execrables.
- Mejorar la formación no es un capricho, sino la línea roja que hace que algunos se limiten a durar, mientras otros viven con plenitud.
- Quien logra limitar sus pasiones se torna líder de sí mismo.
- La mayor debilidad de la criatura humana consiste en arrodillarse ante sus apetitos. Culminará como un escuerzo espiritual.
- La verdadera virtud, resplandece desgracias, mucho más que en los periodos de holganza.
Los interesados podrán encontrar en Entrevista a Aristóteles cientos de enseñanzas más para la propia vida y la de sus entornos familiares y profesionales.
Aristóteles no proporcionó superficiales soluciones de autoayuda, sino cimientos firmes para que cada uno, como causa de nosotros mismos, nos hagamos más personas.