Los famosos cuellos de botella

“Tenemos un cuello de botella que nos ha ralentizado la producción un 10% durante las últimas 10 horas”. Esta frase, que podría haberse extraído de una conversación de dos compañeros de fábrica, hace referencia a un término completamente asimilado en muchas conversaciones de trabajo, el de los cuellos de botella.

Y se utiliza para definir algún punto o elemento que forma parte de un proceso que provoca un retraso o ralentización muy superior del tiempo que, en condiciones normales, debería tener.

Lo que desconocía era que la Teoría de los cuellos de botella la elaboró Eliyahu Goldratt, desarrollándola en su libro de 1984 “La Meta: Un proceso de mejora continua”.

Y digo que lo desconocía porque no fui consciente de su dimensión cuando me tocó leer el libro, en aquella época por la que creo que pasan los estudiantes universitarios, en la que intentas leer todos los libros que te recomiendan tus profesores, y en la que, en la mayoría de los casos, no pasas de los primeros capítulos.

Goldratt en su libro, traslada el problema original de la producción a más ámbitos, tanto de la vida, como de la operativa de la empresa.

Así, utiliza como ejemplo una excursión grupal con los amigos de su hijo donde uno de ellos se retrasa reiteradamente en el paseo, provocando que el grupo vaya más lento. Ante ello, el padre propone soluciones para intentar que el chico y el grupo sean capaces de avanzar más rápido (por ejemplo, liberarle de carga la mochila).

Y es cierto que, a poco que analicemos y seamos capaces de desagregar un proceso, encontraremos el punto que lo ralentiza, y sobre el que es importante analizar la manera en que actuar sobre él.

Resolver un cuello de botella, no es algo, en principio, complicado, una vez tenemos claro su origen, que, generalmente se va a deber a una limitación en la capacidad o una menor disponibilidad de algún recurso.

En realidad, de lo que quiero hablar es de la cantidad de situaciones de la vida cotidiana en las que se nos plantean este tipo de situaciones.

A modo de ejemplo, en familias de tamaño medio, es habitual que se formen tensas esperas en el baño por la mañana, sobre todo, en casas que sólo dispongan de uno. De cara a afrontarlo, los cabezas de familia tienen la opción de resolverlo desde el punto de vista de la capacidad, intentando construir otro baño en el domicilio, o cambiando de casa a una de mayor capacidad. Pero también pueden afrontarlo desde la disponibilidad del recurso, estableciendo un horario ó un límite temporal de tiempo para cada una de las personas.

El ejemplo y el argumento pueden llegar a sonar un poco tramposos, dado que la solución, puede no ser tan lineal como plantea el ejemplo, pero, el hecho de definirlo sí que plantea de qué manera afrontar su solución.

Una actividad de auditoría, dentro del universo del análisis de datos, considerará los cuellos de botella como áreas de riesgo, siendo uno de los primeros puntos rojos sobre los que enfocarse en un proyecto de colaboración.

Autor: Alejandro Ribas, Socio de ACFYD Análisis

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