Las entrevistas de trabajo no son sencillas. A pesar de la preparación previa, las preguntas inesperadas pueden hacer tambalear incluso a los profesionales más capacitados. Esto es aún más cierto cuando se trata de empresas innovadoras, aquellas que no solo buscan perfiles con experiencia, sino personas capaces de aportar algo más: creatividad, resiliencia y capacidad de adaptación. Jennifer Dulski, exdirectiva de Google y Facebook, y fundadora de Rising Team, ha compartido recientemente la clave de sus entrevistas para detectar talento: una pregunta que va más allá del currículum.
En lugar de centrarse exclusivamente en la experiencia profesional, Dulski prefiere conocer la historia personal de los candidatos antes de ver su trayectoria laboral. Su objetivo es identificar patrones en la vida temprana que revelen rasgos como la ambición, la creatividad y la adaptabilidad, cualidades fundamentales para el éxito en cualquier equipo. Este enfoque no solo desafía la forma tradicional de evaluar el talento, sino que también reconoce que las experiencias personales de cada individuo pueden ser tan relevantes como su formación profesional.
La pregunta de Dulski es simple pero reveladora: “Cuéntame sobre tu vida antes de tu currículum”. A través de este enfoque, se intenta descubrir no solo qué ha hecho el candidato, sino cómo ha enfrentado desafíos y qué valores ha desarrollado a lo largo de su vida. Estos detalles personales proporcionan información crucial sobre la capacidad del candidato para adaptarse a nuevos entornos y su habilidad para superar obstáculos. Además, las historias de resiliencia, como haber emprendido proyectos en la juventud o haber creado algo desde cero, destacan la determinación, una característica que muchas veces no aparece de forma explícita en el currículum, pero que es esencial para los equipos más innovadores.
Este tipo de entrevista no se limita a las grandes empresas tecnológicas, sino que tiene un impacto directo en el mercado español, donde sectores como el tecnológico, el financiero y el de la salud están viendo cómo la demanda de habilidades blandas crece a medida que la automatización y la inteligencia artificial (IA) avanzan. Es un recordatorio de que el talento humano no se mide solo por lo que se ha hecho, sino por la capacidad de adaptación y crecimiento que se puede demostrar a través de experiencias personales.
La nueva era del talento: Resiliencia, Adaptación e Inteligencia Artificial
En la actualidad, las empresas enfrentan un entorno laboral altamente competitivo y tecnológico. No solo se valoran las habilidades técnicas, sino que las características personales de los empleados tienen un peso considerable en la toma de decisiones de contratación. En este contexto, el concepto de “talento” ha evolucionado, y lo que antes se veía como un conjunto de habilidades específicas ahora también incluye la capacidad de adaptarse a tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial.
Chris Dimitriadis, directivo de ISACA, subraya que no importa cuán capacitado sea un profesional en su campo: lo esencial es entender cómo la IA está transformando su sector y cómo puede integrarse en este nuevo paradigma. Esto significa que, además de tener habilidades técnicas, los candidatos deben demostrar habilidades interpersonales y emocionales que les permitan adaptarse y trabajar en equipos diversos, sin importar la automatización de ciertas tareas. Esta transformación obliga a los reclutadores a pensar en el talento de manera más integral, y no solo en el cumplimiento de los requisitos formales de un puesto.
Es en este punto donde la metodología de Dulski cobra especial relevancia. Al profundizar en los antecedentes personales de los candidatos, no solo se busca medir sus logros, sino también cómo han manejado el cambio, el fracaso y el crecimiento personal. Este enfoque está alineado con la necesidad de las empresas de construir equipos resilientes y ágiles, capaces de afrontar los retos de un mundo empresarial en constante cambio, donde la IA y otras tecnologías avanzan rápidamente.
En el mercado español, donde la digitalización está ganando terreno en todos los sectores, este tipo de enfoque es cada vez más pertinente. Las empresas no solo buscan candidatos con conocimientos técnicos en IA, sino aquellos que, además, tengan la capacidad de pensar de manera crítica y creativa frente a los nuevos desafíos que la automatización trae consigo. La pregunta de Dulski sobre la vida antes del currículum refleja esta necesidad de encontrar a personas con el equilibrio perfecto entre habilidades técnicas y personales, cualidades que no solo se encuentran en la educación formal, sino también en las experiencias vitales que cada persona aporta al entorno profesional.
Este enfoque también tiene un impacto positivo en la formación de equipos diversos y equilibrados, un aspecto clave para las organizaciones que buscan innovar. Las empresas que favorecen la inclusión y la diversidad en sus procesos de selección pueden, gracias a este tipo de metodología, acceder a perfiles mucho más completos. Al valorar no solo la experiencia laboral, sino el recorrido personal y las cualidades humanas, se logran equipos de trabajo con una capacidad única para colaborar, adaptarse y ofrecer soluciones creativas frente a los retos.
La resiliencia, la adaptabilidad y la inteligencia emocional, cualidades que se reflejan a menudo en la vida personal de los candidatos, son tan importantes hoy como las habilidades técnicas. El enfoque de Dulski invita a los reclutadores a mirar más allá de los logros visibles y a considerar al ser humano en su totalidad, lo que en última instancia beneficia tanto a las empresas como a los profesionales que se suman a ellas. En un mundo donde la IA redefine el concepto de trabajo, el talento humano sigue siendo la piedra angular del éxito.
Fuente: El Economista