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Cuando una compañía llama para ofertar una tarifa fija, de la luz, del gas, un tipo de interés en la hipoteca, realmente nos están ofreciendo algo muy parecido a una tarifa variable.

Voy a explicar cómo calcular una tarifa fija a partir de una variable y tratar de razonar cuando es ventajoso utilizar una, y cuando otra que, en realidad, son situaciones cruzadas.

Primero vamos a imaginar que la empresa que está calculando la tarifa fija tiene todos los datos para poder realizarlo.

David Hernández , Socio de #ACFYD Análisis, explica cómo calcular una #tarifa #fija a partir de una #variable y trata de razonar cuando es ventajoso utilizar una, y cuando otra que, en realidad, son situaciones cruzadas. Share on X

Tomamos como ejemplo el precio de la electricidad y el consumo medio de un hogar (datos generados para el ejemplo):

Para calcular el precio fijo equivalente en este ejemplo debemos incorporar una fila de sumas, de tal forma que obtengamos el consumo total y el importe total y, dividiendo uno por otro, encontremos el precio medio:

En un entorno estable, dónde tanto el consumo como los precios se van a mantener a lo largo del tiempo, nuestra compañía nos puede ofrecer un precio fijo, sabiendo que, al final del año, habremos pagado lo mismo:

Pero, ¿qué ocurre si existe un elemento distorsionador que altera el mercado provocando un cambio sustancial en el precio de la energía?:

En este caso, la tarifa variable habría supuesto un sobre gasto de 649,02€, es decir, una tarifa fija hubiera sido muy ventajosa frente a una variable.

Y aquí es dónde los modelos de predicción cobran especial relevancia, ya que no se puede calcular una tarifa fija en función de los datos de años anteriores exclusivamente, sino que hay que incorporar diferentes parámetros, como la predicción de la evolución del clima, los cambios en la demanda, o los acontecimientos socio-políticos, entre otros, para ajustar los datos históricos a la posible realidad futura.

Tampoco es descabellado pensar que, a pesar de incorporar todas las variables objetivas al modelo de predicción, la compañía tenga que añadir un porcentaje adicional que le cubra ante posibles errores de cálculo o injerencias aleatorias en el mercado.

 Por mantener el ejemplo de forma sencilla:

En resumen, una tarifa variable nos permite adaptar mejor nuestro gasto a la evolución del mercado, evitando correcciones y márgenes de confianza de las compañías.

Mientras que una tarifa fija nos proporciona un gasto estable y seguridad ante eventuales imprevistos en el mercado.

Por David Hernández Romeo, Socio de ACFYD Análisis

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