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La forma de vincularnos cambió, los negocios se están modificando constantemente y los consumidores tienen nuevas demandas. Cada vez más se nota la diferencia entre los que comprenden el cambio y los que no. Estos son algunos puntos, y la brecha se va a seguir profundizando:


Las marcas de la era anterior continuan hablando de sí mismas y promocionando productos, algo que hoy ya no les interesa a las clientes. Las marcas de la nueva era cuentan historias sobre las personas y de esa forma terminan vendiendo más productos. Aplican la nueva ecuación para maximizar ganancias.

Las marcas de la era anterior promocionan soluciones a problemas externos. Las marcas de la nueva era promocionan soluciones a problemas internos, que son los verdaderos problemas que les importa solucionar a las personas cuando compran un producto.

Las marcas de la era anterior desconocen quiénes son realmente sus clientes, los confunden con un mercado (“25-35 años”) y esa estandarización genera apatía y desinterés en el público. Las marcas de esta era conocen quién es su cliente, cuál es la transformación que quiere realizar, quién quiere ser y centran sus estrategias en hablar de eso logrando conectar a otro nivel.

Las marcas de la era anterior lanzan su comunicación en forma de mensajes aleatorios sin una narrativa que las conecte a su consumidor y terminan generando ruido. Las marca de esta era entienden cuáles son las preguntas que le queman al cliente por dentro cuando mira su comunicación y las responden logrando interés en lo que promocionan. De esta forma transforman el ruido en música.

Las marcas de la era anterior piensan que la gente compra los mejores productos. Las marcas de la nueva era comprenden que la gente compra los productos que más rápido entiende, por eso clarifican su mensaje y apelan a generar un vínculo a largo plazo a través de significados compartidos.

Las marcas de la era anterior diseñan su comunicación en base a factores externos (modas publicitarias, lo que hacen otras empresas, el influencer de turno, etc). Las marcas de la nueva era comunican en base a valores que las unen a sus consumidores, por esto los transforman en fans de marca.

Las marcas de la era anterior se colocan en el centro de su comunicación como los héroes de la historia. Las marcas de la nueva era saben que son el guía que ayuda a las personas en su proceso de transformación. Las marcas de ahora ocupan un rol secundario dejando el protagonismo al cliente.

Las marcas de la era anterior hacen girar su negocio alrededor del producto. Las marcas de la nueva era desplazan el producto del centro y colocan al cliente, esto les abre puertas para diseñar nuevos artículos y generar ideas innovadoras para atravesar con éxito una era de cambios permanentes.

Las marcas de la era anterior promocionan sus productos esperando captar atención y que los posible clientes se decidan a comprar. Las marcas de la nueva era crean un plan de acción para ayudar a su cliente a eliminar la confusión o el temor de comprar sus productos. Este plan aporta claridad tanto en la pre como en la post compra y eso hace que las personas tomen acción. 

Las grandes marcas lo son porque entienden su negocio en forma distinta al resto y van evolucionando al ritmo de los tiempos que corren. Seguir pensando el contexto y la vinculación con los clientes a través de fórmulas que llevaron al éxito en el pasado es el sesgo más peligroso en el que una empresa puede incurrir hoy. Actualizar la mirada se vuelve indispensable para tomar decisiones correctas. Los líderes deben desaprender y reaprender la forma de entender el contexto y dirigir esta transformación sistémica en forma descendente a todas las instancias tácticas de la organización. Así son los nuevos tiempos, dónde lo único que no cambia es el cambio.

Por Daniela De Sousa Mendes, Consultora en Negocios y Management para empresas de Moda & Beauty – www.lwc-visual.com