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La única generación que desde su nacimiento está digitalizada es la Generación Z, la cual ha sido marcada por Internet en todos los aspectos de la vida. Desde la educación pasando a su manera de comunicarse, de comprar o simplemente su visión ante las marcas.
Como indica el estudio ‘Rise of Gen Z: new challenges for retailers’ de Ernst & Young, son muchas las diferencias entre los que nacieron entre 1995 y 2010, que componen la Generación Z, con sus antecesores, los Millennials, que nacieron entre los años 1981 y 1994.
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Algunas de las más notorias se dan en la manera de comprar o adquirir productos y servicios, puesto que si para unos se trata de una acción estimulante, para la generación más pequeña en ocasiones se convierte en un elemento desmotivador.
Una vez que se animan a adquirir el producto o servicio, el informe explica el 58% de los adolescentes quiere ver y tocar el producto en el establecimiento físico, mientras que un 50% elije comprar en la tienda para evitar los costes de envío, y un 43% por disponer del producto en el momento.
Para un 63% de los jóvenes que se decantan por el comercio electrónico, la principal motivación es el ahorro de tiempo al no tener que desplazarse a la tienda, frente al 50% que prefieren el canal online porque creen que encuentran mejores precios. Como consecuencia, para la Generación Z el eCommerce podría ser la opción más eficiente a la hora de comprar.
Para esta generación, una de las claves del consumo pasa por gastar lo menos posible, por lo que las ofertas especiales y los descuentos las encuentran en Internet con menos complicaciones.
En este contexto, las líneas que separan la compra online de la física están dejando de existir poco a poco, conforme los consumidores acuden a la red para investigar y comprar.
En este sentido la Generación Z encuentra relevantes las experiencias significativas en tienda, con ofertas personalizadas a través de todos los canales. De ahí que el cuidado de la omnicanalidad sea más importante hoy que nunca.
Esta generación es también una de las grandes precursoras de la economía colaborativa, optando por viajar o alojarse en viviendas compartidas cuando dispongan de dinero.
Pero igualmente son más conservadores que los millennials por haber vivido la crisis económica y comenzar a trabajar en un mercado inestable, por ello, un 97% desean disponer de una vivienda en propiedad.
