El pago por uso ha acaparado todos los sectores de nuestra vida desde el ocio, hasta la movilidad. Cada vez más empresas se suman a la revolución al ofrecer productos y servicios a cambio de una tarifa plana y lo notan en sus cuentas.
En concreto, los ingresos anuales de las firmas que han implementado modelos de pago por suscripción crecieron un 435% desde 2012, según el último ‘Índice de la economía de la suscripción’ de la plataforma de software Zuora. En España, la facturación ascendió a 3.170 millones de euros en 2021, un 28% más que el año anterior, y se estima que en 2022 habrá aumentado entre un 20 y un 30%. Sus defensores llevan por bandera la sostenibilidad y la mayor eficiencia del consumo, dos factores alineados con las nuevas generaciones y que también son compartidas con mayor asiduidad por el resto de edades.
Todas las compañías que ofrecen modelos de pago por uso tienen una cosa en común: el auge de las plataformas digitales. Aunque el concepto de pago por uso de un activo siempre ha existido, “el cambio disruptor viene dado por la tecnología, que ha permitido generar servicios de uso compartido y suscripción al reducir la distancia, física y de proceso de uso, entre los activos y los usuarios”, explica Ricardo Martín, director del Área de Consultoría de Negocio e Innovación de Grant Thornton. Y además de la digitalización, la pandemia ha impulsado el florecimiento de suscripciones en sectores tan variopintos como los viajes, el deporte o la jardinería en detrimento de otros más clásicos, como Netflix.
Conciencia medioambiental
Los patrones tradicionales de consumo se han visto modificados por la mayor conciencia medioambiental de los consumidores. Hoy en día, el usuario da importancia a factores ecológicos, sociales y culturales.
Uno de los sectores que se han beneficiado de este nuevo sistema es el de la movilidad. Desde hace unos años, las ciudades tienen nuevos inquilinos: patinetes, motocicletas y bicicletas eléctricas que se alquilan por un tiempo determinado a través de las aplicaciones, pero también coches.
El concepto de propiedad se difumina
Por otra parte, para los fieles del pago por uso, lo importante es sentirse especiales. “La personalización, la comodidad y el ahorro se han convertido en cuestiones vitales”, apuntan desde eDreams Odigeo, la plataforma que ofrece suscripción a viajes y experiencias, porque también esperan “recomendaciones que se ajusten a sus preferencias y que les generen ahorros”.
El cambio profundo de mentalidad es la razón de base de esta nueva tendencia. “Vivimos un momento en el que se está difuminando el concepto de propiedad”, asegura José Luis Antolín, responsable de ecommerce en Accenture Song, “basta con echar un vistazo a nuestros dispositivos para descubrir la cantidad de programas a los que estamos suscritos”. Efectivamente, según los datos de Zuora, el 26% de los adultos cuentan con tres o más suscripciones y las opciones de financiación, como el ‘renting’ o el ‘leasing’ permiten la adopción por parte de los usuarios. La única diferencia entre estos dos modelos es que solo el segundo permite adquirir el producto alquilado al finalizar el contrato.
No existe un perfil concreto de consumidor de suscripciones
Por último, cabe destacar que no existe un perfil concreto de consumidor de suscripciones, pero hay detalles que se comparten. “Son personas que manejan aplicaciones informáticas con fluidez y están acostumbradas al entorno online de compras”, afirma Martín. Rafael Gallo, jefe de movilidad de Hyundai Motor España, desde donde operan el servicio de suscripción Mocean, destaca una diferenciación entre quien “demanda una solución de movilidad puntual”, que busca un buen precio y flexibilidad, y quienes quieren además “una movilidad más eficiente a través de motores híbridos, eléctricos o híbridos enchufables”.
En este sentido, el pago por uso es un negocio más para las empresas. “De hecho, muchos de nuestros clientes ya han usado complementariamente nuestro servicio de suscripción y viceversa”, añade Gallo. Desde el punto de vista de la moda, hay una ventaja más. Raúl González, cofundador de la ‘startup’ de alquiler de ropa Ecodicta, subraya que son “un nuevo canal donde pueden rentabilizar stocks, darse a conocer, hacer preventas o incluso tener un canal de segunda mano”. Las últimas marcas en subirse al carro del pago por uso son Mango y Decathlon, aunque el fenómeno ya había sido extendido por H&M y Ralph Lauren, entre otros.
Fuente: Activos