estrategia-interconexion-control-recursos-digitales-banca-revista-diryge

Los bancos, como otras muchas empresas, están inmersos en un constante proceso de transformación, repleto de desafíos y oportunidades en un mundo muy competitivo y marcado por las cada vez mayores exigencias de los clientes. En los últimos años hemos visto cómo las entidades financieras cada vez apuestan más por nuevas tecnologías como el machine learning, la inteligencia artificial y la nube híbrida y en este sentido, la banca española ha dado pasos agigantados desde el inicio de la pandemia. Según los datos de una encuesta que hemos realizado en DE-CIX, un 78% de los españoles considera que la banca española está lo suficientemente digitalizada a día de hoy.

Ivo Ivanov, CEO de DE-CIX International explica cómo desarrollar una buena estrategia de interconexión para asegurar el control de los recursos digitales de la banca. Clic para tuitear

Aun así, para adaptarse al contexto actual, demandante de una transformación digital completa, los bancos y otros proveedores de servicios financieros deben reducir sus costos, desarrollar nuevos modelos comerciales, activar nuevas fuentes de ingresos más allá del conjunto estándar de servicios financieros y satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes.

Por Ivo Ivanov, CEO de DE-CIX International

Para hacer esto, es necesario que los bancos y los proveedores de servicios financieros adopten un enfoque diferente para administrar sus datos, el elemento clave de la era digital. Estas instituciones necesitan y quieren convertirse en moderadores de todo el ciclo de vida financiero de sus clientes, en múltiples sectores y cadenas de valor. Esto significa que, como parte de su viaje hacia la transformación, necesitan desarrollar una estrategia de interconexión.

Una estrategia de interconexión proporcionará un marco para que el banco decida cómo controlar la conectividad con sus propios recursos digitales, sus socios y sus clientes. Y para ello, vale la pena dividir este proceso en cuatro pasos para probar, adquirir experiencia, comprender los beneficios de obtener el control de la infraestructura de interconexión del banco y desarrollar una estrategia a largo plazo.

En primer lugar, es esencial asegurarse de que los sistemas internos funcionen de manera efectiva. Los bancos tienen que garantizar la seguridad de sus sistemas y de los datos de sus clientes, además de permitir que sus clientes finales se conecten a sus servicios de forma segura. Sin embargo, el uso de la red pública de Internet supone mayores riesgos, ya que no se controlan las rutas que toman los datos.

Para evitar estos peligros, las entidades pueden establecer lo que se conoce como «peering». Es decir, la interconexión directa entre dos redes en una plataforma de interconexión (también conocida como punto de Intercambio de Internet o IX) para que puedan evitar rutas más largas y potencialmente peligrosas a través de la red de Internet pública. El peering directo con otras redes permite a las instituciones financieras ofrecer a sus clientes finales una conexión más segura y con mayor rendimiento para sus servicios bancarios.

En segundo lugar, habría que poner el foco en mejorar la experiencia de usuario. Tradicionalmente, las entidades acceden a los recursos de la nube a través de la red pública de Internet, con todos los riesgos que ello conlleva. En cambio, al acceder a la nube a través de una plataforma de interconexión segura, es posible conectar la red del banco directamente con la red del proveedor de la nube. Esta estrategia tiene múltiples ventajas: no sólo la conexión -y por tanto los datos que viajan a través de ella- está protegida contra ataques maliciosos, sino que además los datos no tienen que viajar tanto, por lo que el tiempo de respuesta se acorta y se mejora la experiencia del usuario.

En tercer lugar, es muy importante cumplir correctamente con las normativas pertinentes. Por ejemplo, en 2018 entró en vigor en la Unión Europea la norma PSD2 para regular los servicios de pagos electrónicos. Ante este nuevo reglamento, los bancos se están viendo obligados a poner los datos a disposición de terceros, lo que hace que el cumplimiento de otras normativas, como por ejemplo en materia de protección de datos, se vuelva cada vez más compleja al tener que conectarse con un gran número de entidades diferentes.

El proceso puede simplificarse mediante la creación de un «grupo cerrado de usuarios» (CUG), un ecosistema de conectividad privada establecido en una plataforma de interconexión segura y de alto rendimiento. En este caso, el CUG estaría bajo el control del banco, como propietario. Esto evita las redes públicas y conecta de forma segura la red del banco directamente con las de sus socios y clientes de confianza, estableciendo normas para todos los miembros del ecosistema, todo con un solo clic.

Otra nueva normativa que ya se está empezando a aplicar en algunos países es la mitigación del riesgo de concentración de servicios y proveedores cloud. Y esto no pasa únicamente por contar con una estrategia multi-cloud, con distintos proveedores, sino que es importante poder acceder a ellas desde ubicaciones físicamente independientes. Esto se puede conseguir a través de la interconexión, ya que, si una de las conexiones falla o un centro de datos experimenta algún problema, este ecosistema distribuido geográficamente garantiza el acceso continuo a los datos críticos.

Por último, a través de la interconexión los bancos podrían obtener nuevas fuentes de ingresos. Cada vez más los clientes exigen sistemas digitales fáciles de usar y un acceso flexible a los productos bancarios. Esto unido a la creciente oferta de Fintech en el mercado, hace que los usuarios busquen mejores servicios en este tipo de empresas. Esta creciente competencia está provocando la creación de nuevas fuentes de ingresos entre las entidades bancarias, como por ejemplo vender sus productos bajo una marca blanca para que la utilicen los neobancos o desarrollar plataformas de pago propias para los ecommerce

Sin embargo, un banco puede querer poner su infraestructura a disposición de terceros para nuevos productos y servicios, pero para ello debe asegurarse primero de que su infraestructura digital está a la altura. Aquí es donde entra en juego la implantación de la interconexión, que garantiza tener un ecosistema seguro y privado y con una baja latencia. De esta manera las entidades pueden conectarse con estas terceras partes en un grupo cerrado de usuarios (CUG) establecido en una plataforma de interconexión, en el que tienen todos los beneficios del peering (conexión directa entre dos redes) y un entorno exclusivo completamente alejado de la red pública.

En conclusión, durante este viaje hacia la transformación digital plena, las plataformas de interconexión funcionan como una ventanilla única, un punto de encuentro para todas las necesidades de conexión de estas entidades. Gracias a las conexiones directas a otras redes mejorarán la velocidad, el rendimiento y la seguridad de la transferencia de datos, además de mitigar el riesgo de concentración de servicios basados en la nube, puesto que la red está distribuida entre varios puntos y ofrece un ecosistema de muchos proveedores para evitar interrupciones de servicio.

Por Ivo Ivanov, CEO de DE-CIX International

Acceder al número completo de mayo/junio 2022 de la Revista Dir&Ge