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Mónica Maurici y Javier Bello, fundadores de Fashio­nable Asia, una tienda online de cosmética y moda asiática con sede en Londres, celebraron la Navidad con el alivio de que la Unión Europea y el Reino Unido habían llegado a un arreglo para mantener el libre intercambio de bienes después del 31 de diciembre, cuando finalizaba el periodo de transición del Brexit.

El acuerdo entre Londres y Bruselas suprime aranceles bajo ciertos requisitos de origen.Pero el IVA debe ser pagado en la aduana por el cliente, salvo que el vendedor ya lo haya cobrado Clic para tuitear

Sin embargo, el Día de Reyes se enteraron de que sus paquetes con destino España se habían quedado bloqueados en la frontera. La compañía suspendió sus operaciones dos meses y medio para averiguar qué habían pasado por alto en la letra pequeña del tratado y cómo podían resolverlo. Por fin, esta semana han restablecido sus envíos, aunque con una logística totalmente diferente.

Las reglas de origen acordadas por Bruselas y Londres, indican que, para que un bien quede libre de aranceles al cruzar el canal de la Mancha tiene que haber sido producido en alguno de los dos territorios sujetos al pacto al menos el 50% de su composición.

Si bien Fashionable Asia exporta cosméticos coreanos, se ha salvado de esa obligación gracias a otro tratado entre la UE y Corea del Sur que también exime del pago a esa partida. El problema con el que se encontraron es que tenían que pagar a la aduana británica el IVA y los gastos en los que esta incurriría por la gestión de su cobro, un pequeño gran detalle administrativo con el que muchos negocios no contaban y que en los primeros compases de la era pos-Brexit ha causado más de un disgusto a ambos lados de la frontera.

“La información que se ofrece sobre todo este proceso es relativamente escasa y confusa”, dice Nahikari Gómez, directora de operaciones de Lookiero, firma de personal shopper. “Los controles son ahora más estrictos y las empresas se quejan de trámites que antes no eran necesarios, al punto que algunos minoristas online han decidido no realizar más envíos”, corrobora Noelia Lázaro, directora de marketing del portal de paquetería Packlink.

Nuevas reglas fiscales

Por otra parte, al dejar de considerarse operación intracomunitaria, la importación de un artículo procedente del Reino Unido obliga al cliente en la UE a liquidar el IVA en la aduana, salvo que el vendedor ya lo haya cobrado, para lo cual hace falta utilizar cierto incoterm, un código de tres letras que aclara los costes que este asume. “Ahí es donde sale a relucir la diferencia entre ser un negocio grande o pequeño”, advierte Javier Bello, de Fashionable Asia.

“El software de proveedores de transporte como Royal Mail o DHL da la posibilidad de añadir incoterms cuando envías 200-300 paquetes mensuales, pero no si se trata de cantidades pequeñas”, explica.

Otra de las consecuencias del acuerdo ha sido la pérdida de licencias para distribuir en la UE determinados productos, entre ellos, los de belleza. Obtener esa licencia implica someter muestras de cada artículo a test de laboratorio, un coste que un negocio pequeño no se puede permitir. Fashionable Asia optó por lo más fácil, que ha sido cambiar a sus importadores británicos por otros comunitarios que ya cuentan con la autorización.

El coste de la adaptación

Reino Unido no es un mercado del que resulte fácil prescindir para los ecommerces españoles. Entre abril y junio de 2020 se concretaron 574.779 ventas allí por valor de 81,8 millones de euros, importe que supone el 7,7% del total con el exterior y el 14% con la UE, según las primeras estadísticas de la CNMC que ofrecen datos desagregados de ese socio comercial. Es, por tanto, el primer país por facturación, a gran distancia del segundo, Estados Unidos, con 49,8 millones de euros, el 4,7% del total.

“El mercado británico es tres veces más grande que el español”, apunta Noelia Lázaro, de Packlink. En su caso, es el destino del 12% de los paquetes al extranjero que vendedores nacionales envían a través de su portal. “La principal ventaja que teníamos las webs europeas frente a nuestras rivales de China o EEUU es que nuestros plazos de entrega eran más cortos, es decir, que la experiencia de compra para el usuario era mejor. Eso se ha perdido debido a los papeleos”, explica.

No habrá renegociación

Por otra parte, la Asociación Adigital, organización empresarial que impulsa la digitalización de la economía española, destaca que, “En sí mismo no es del todo malo, siempre es peor que no exista nada en absoluto”. En esta línea, Aitor Montesa, negociador del capítulo de servicios del tratado, ha aclarado que la idea que circula en ciertos ámbitos de que en los próximos meses o años el texto será perfeccionado para atar flecos sueltos es errónea. “Este es el acuerdo comercial, no habrá otro”, ha indicado.

“Lo que sí habrá es una serie de decisiones que Bruselas tomará de manera autónoma en base a la legislación europea sobre si la normativa británica es lo suficientemente garantista en materia de protección de datos o servicios financieros como para permitir que estos se puedan exportar o prestar desde allá”, precisó.

Fuente: Cinco Días