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La Comisión Europea ha propuesto nuevas normas y medidas para regular el uso de la inteligencia artificial (IA) y controlar sus ámbitos de uso, antes de que se implante de forma masiva, algo que sucederá en los próximos años. El documento reconoce el potencial de esta tecnología para cambiar los negocios, la administración pública y la vida de las personas, pero también sostiene que suscita una gran preocupación sobre la necesidad de que esta innovación se utilice siguiendo un código ético que proteja a las personas.

La Comisión Europea ha presentado su propuesta de normas para regular el uso de la IA antes de que se use de forma masiva la tecnología. La propuesta incluye multas de hasta el 6% de los ingresos totales para las empresas que incumplan la… Clic para tuitear

Como ha explicado Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea que supervisa la política digital, es vital poder confiar en la inteligencia artificial, dado que tiene el potencial de afectar a la vida de las personas, y las autoridades deben asegurarse de que es confiable y se utiliza de forma ética. Aunque la nueva regulación tardará años en salir adelante, es vital establecer el criterio básico que regirá las leyes sobre el uso de la IA en la región. Y también sanciones que dejen claro que estas leyes deberán respetarse, por lo que se ha propuesto que quienes incumplan las regulaciones reciban multas de hasta el 6% de sus ingresos globales.

Así, la futura regulación obligará a las empresas que proporcionan servicios de inteligencia artificial en áreas de alto riesgo que prueben a las autoridades que lo hacen de forma segura y dentro d la ley. En concreto, la propuesta sigue un planteamiento basado en los niveles de riesgo:

-Riesgo inadmisible

Se prohibirán los sistemas de IA que se consideren una clara amenaza para la seguridad, los medios de subsistencia y los derechos de las personas. Esto abarca los sistemas o las aplicaciones de IA que manipulan el comportamiento humano para eludir la voluntad de los usuarios y sistemas que permitan la «puntuación social» por parte de los Gobiernos.

-Alto riesgo

Los sistemas considerados de alto riesgo abarcan las tecnologías de IA empleadas en infraestructuras críticas, formación educativa o profesional, empleo, gestión de trabajadores y acceso al trabajo por cuenta propia, servicios públicos y privados esenciales, aplicación de las leyes que pueden interferir con los derechos fundamentales de las personas, gestión de la migración, el asilo y el control de las fronteras y administración de justicia y procesos democráticos. Su uso en estos campos estará sujeto a obligaciones estrictas antes de que puedan comercializarse.

En especial, se consideran de alto riesgo todos los sistemas de identificación biométrica remota. Su uso en directo en espacios de acceso público con fines policiales está prohibido en principio. Se definen y regulan estrictamente excepciones estrictas (por ejemplo, cuando sea estrictamente necesario para la búsqueda de un menor desaparecido, para prevenir una amenaza terrorista concreta e inminente, o para detectar, localizar, identificar o enjuiciar a un autor o sospechoso de un delito grave). Su utilización estará sujeta a la autorización de un órgano judicial u otro organismo independiente y a los límites adecuados desde el punto de vista de la duración, el alcance geográfico y las bases de datos exploradas.

-Riesgo limitado

Son sistemas de IA con obligaciones específicas de transparencia: al utilizar sistemas de IA como robots conversacionales, los usuarios deberán ser conscientes de que están interactuando con una máquina para poder tomar una decisión informada de continuar o no.

-Riesgo mínimo o nulo

La propuesta permite el uso gratuito de aplicaciones tales como videojuegos basados en la IA o filtros de correo basura. La inmensa mayoría de los sistemas de IA entra en esta categoría. El proyecto de Reglamento no interviene aquí, ya que estos sistemas de IA solo representan un riesgo mínimo o nulo para los derechos o la seguridad de los ciudadanos.

Por otra parte, en términos de gobernanza, la Comisión propone que las autoridades nacionales de vigilancia del mercado controlen las nuevas normas, mientras que la creación de un Comité Europeo de IA facilitará su aplicación e impulsará la creación de normas en esta materia. Esta nueva propuesta es un ejemplo más de la estrategia comunitaria para regular el uso de la tecnología y proteger a los ciudadanos, una tendencia que se aceleró con la promulgación del reglamento GDPR.

Fuente:  IT User