Todavía es habitual encontrar directores que ponen trabas a la innovación dentro de su empresa, o al menos son reticentes a ella. La excusa con la que justifican sus actos, es el excesivo tiempo e inversión que hay que destinar a ello. Otro pretexto que emplean con relativa frecuencia es que, cualquier innovación puede quedar obsoleta rápidamente si la competencia ofrece otra alternativa mejorada, que deje a la nuestra fuera de mercado.
A ninguno de estos motivos le falta razón. Sin embargo, los beneficios que el proceso innovador puede aportar a una empresa, superan con creces estos inconvenientes.
La innovación debe partir de la dirección de la empresa y, por tanto, estar avalada por ella. Si por el contrario, no está dispuesta a asumir los riesgos y costes que conlleva, no habrá futuro para ella dentro de la organización.
Si el proceso innovador no cuenta con su impulso no tendrá cabida en el proyecto por mucho que algunos empleados intenten promoverla dentro de sus puestos de trabajo. Estos esfuerzos aislados nunca proliferarán sin estar avalados y promovidos por la dirección de la empresa. Surgirán reticencias y dificultades muy complejas de salvar sin su respaldo, que acabarán echando por tierra cualquier iniciativa innovadora que surja de forma individual.
Pero no será suficiente con ello, además de lo anterior, para poder decir que una empresa, sea del tamaño que sea, es realmente innovadora, la innovación deberá impregnar cada rincón de la compañía, es decir, debe nacer de dirección y estar presente en todos los departamentos que componen la empresa.
¿Por qué es tan importante esto? ¿Qué beneficios aporta a una organización? Te propongo cinco razones:
- Es evidente que las empresas no pueden hacer siempre lo mismo, puesto que el mercado está en continuo movimiento. Los tiempos cambian, los clientes cambian, los gustos también cambian… y la empresa no puede ser lo único que permanezca inamovible, sino que por el contrario debe adaptarse a esos cambios e incluso promoverlos para aumentar o mantener sus beneficios. Sólo de este modo podrás mejorar la calidad de tus productos/servicios y por tanto retener a los clientes. Un ejemplo de ello puede ser un comercio que para adaptarse a las necesidades actuales, establece la venta online como innovación dentro de su pequeña empresa.
- Las organizaciones requieren que los procesos sean optimizados constantemente y para ello, contar con trabajadores o responsables orientados a esa mejora continua, sólo es posible si la innovación se encuentra muy presente en la cultura de la organización. Por ejemplo, si un empleado detecta que un proceso se puede agilizar a través de la tecnología y además posee los conocimientos necesarios para hacerlo, debe ponerlos a disposición de la empresa, a pesar de que esa no sea su función en la compañía.
- A través de la innovación puedes dirigir tu producto o servicio a un nuevo segmento de clientes. Por ejemplo: Supongamos que nos dedicamos a la fabricación y venta de puertas de seguridad para las entidades bancarias. En tal caso, llevando a cabo unas pequeñas modificaciones en el producto, podemos ampliar ese rango de clientes y poner el foco además, en propietarios de viviendas particulares que de momento no tengan pensado venderlas ni habitarlas.
- Puesto que actualmente la innovación no es algo que lleven a cabo todas las empresas, esto puede fortalecer la imagen de tu marca. Innovar es sinónimo de cambio, de progreso, de evolución, por lo que asociar tu empresa a todo ello siempre será un plus.
- Gracias a la innovación puedes experimentar un crecimiento de la organización y por tanto lograr una mejor posición dentro del sector donde opera. Supongamos que has implantado una nueva herramienta informática, lo que te ha permitido aumentar tus ventas y, por ende, mejorar tu posición en el mercado.
Hay un concepto muy relacionado con el de innovación que por tanto también debe estar presente en la empresa: la creatividad. Con frecuencia los utilizamos indistintamente, sin embargo, no son sinónimos. El proceso innovador comienza con una idea creativa, por lo que ambos estarían estrechamente relacionados.
En tal caso, incorporar trabajadores creativos e innovadores supondrá un extra para tu proyecto. Pero, ¿Qué pasa si estas habilidades no se encuentran entre tus propias fortalezas y tampoco entre las personas que integran tu equipo? No te preocupes, la creatividad se puede entrenar a través de diferentes técnicas y la innovación es un proceso que sólo requiere formación.
Por Javier de la Casa, Presidente de Grupo Avanza y CEO de Kayzen Emprende
