El año pasado fueron cerca de 395 millones de euros los que se invirtieron desde el exterior en proyectos de emprendimiento españoles, ascendiendo esta inyección de recursos un 154% más que en 2014.
Como indica la patronal del capital riesgo, Ascri, las startups españolas despiertan cada vez más interés en los inversores internacionales, que buscan proyectos que respaldar para conseguir una rentabilidad posterior.
El venture capital, o la inversión destinada a empresas que están en su etapa inicial, vivió una gran explosión en 2015. La industria local despegó con fuerza y vio como llegaban multitud de gestoras debutantes y otras ya existentes, sobre todo de fondos de fuera de España, cuya apuesta inversora batió récords.
De los 395 millones de euros invertidos, un 67,5% corresponden a la inversión de venture capital que alcanzó más de 587 millones, siendo la más alta en la joven trayectoria de la industria española.
Estos hitos posicionan en un nivel alto las expectativas sobre la evolución del sector. El presidente de Ascri y socio Fundador de Bullnet Capital, Javier Ulecia, explicó que “los fondos internacionales comienzan a invertir con intensidad en España y eso es una buenísima noticia” porque “es síntoma de que el ecosistema emprendedor español empieza a madurar”.
Según el número de operaciones, las firmas extranjeras han pasado de intervenir en 35 transacciones de venture capital en 2014 a 83 en 2015. Entre los principales proveedores de recursos se encuentran los primeros 20 fondos internacionales de la industria, con procedencia principalmente europea, norteamericana, y alguno asiático.
El tipo de perfil es variado, según Ulecia, aunque las que más atención reciben son las startups vinculadas al sector informático e Internet, además de otros sectores como el farmacéutico, la biotecnología o los servicios financieros.
Pero la gran inversión en venture capital del año pasado contrasta con la realizada por los fondos foráneos de private equity, que son compañías más desarrolladas. La patronal de este sector lo atribuye a un recorte de megaoperaciones, puesto que sólo hubo 4 adquisiciones por más de 100 millones, frente a las 11 que se dieron sólo un año antes.
La inversión extranjera en empresas que transitan en fase temprana no ha sido capaz de compensar el retroceso de las transacciones millonarias. Uno de los principales motivos de este enfriamiento del mercado, según indica Ascri, es la incertidumbre política.
Ver noticia completa