Marcela Oguntoye, Directora de Grupo de SeenThis, analiza tres factores clave en los que se basa la innovación digital.
Dado el asombroso ritmo de los avances tecnológicos, las marcas tienen mucho donde elegir a la hora de ejercer sus aspiraciones de innovación. Pero innovar es vivir, en parte, en el futuro: anticiparse a las tendencias en un juego de estrategia y desafío. Este juego se hace más complejo por la combinación de medios de comunicación en constante cambio y, de hecho, por el contexto más amplio de los hábitos de consumo y los retos económicos y sociales.
Por supuesto, la innovación debería estar ligada al ADN de una marca. Pero esta situación cambiante presenta retos diversos y problemáticos. Por tanto, las marcas deben ser ágiles en sus continuas transformaciones digitales.
A medida que el año 2023 entra en su apogeo, asistimos a avances digitales en un amplio espectro de áreas. La Web3 sigue siendo un tema de conversación diario, mientras que la RA y la RV están bien integradas en las estrategias digitales y la sostenibilidad ocupa, con razón, un lugar destacado en la agenda de todo director general con ideas claras. Así pues, la innovación adopta muchas formas.
En un intento de mantener las cosas (relativamente) sencillas, vamos a explorar algunos factores diferentes que las marcas deben tener en cuenta a la hora de crear experiencias digitales innovadoras:
La cultura -y la actitud- es lo más importante
El compositor Hans Zimmer ha dicho que «cuanto más juguetones seamos, más podremos deshacernos de las reglas». Para algunos, ser juguetón requiere valentía, así que consideremos por el momento el carácter lúdico como un dial indirecto en el espectro de la innovación. Las marcas deberían tratar de liberar el dial hacia lo lúdico: una vez que empiezan a jugar con las ideas en un foro abierto, la innovación tiende a seguirles, junto con las ideas frescas, de forma orgánica.
Las marcas mundiales, en particular, tienen capacidad para liderar la amplificación de soluciones digitales innovadoras en consonancia con su actividad a gran escala y, a menudo, muy sofisticada, lo que se traduce en un retorno de la inversión a escala. Con la actitud adecuada, las marcas pueden beneficiarse aplicando la innovación en el sentido más amplio posible en todas sus actividades.
Pero la innovación y la creatividad más poderosas nacen de la comprensión profunda de un problema. A medida que los equipos crecen, resuelven problemas y aprenden juntos, pueden convertirse en un caldo de cultivo de ideas innovadoras. Pero hace falta una actitud adecuada para fomentar la innovación y sacar adelante las ideas. La cultura es un elemento clave.
No olvides el poder de las asociaciones
Algunas marcas tienen la suerte de contar con equipos dedicados a la innovación digital. Pueden tener acceso a grupos de prueba y laboratorios internos con investigación de usuarios centrada en sus productos y servicios. Sin embargo, es posible que no dispongan del tiempo necesario para poner en marcha innovaciones digitales a la velocidad del rayo que puede ofrecer una asociación con una start-up. Por tanto, pruebe algo nuevo: confíe a esa start-up una prueba para demostrar el valor que puede aportar. Un planteamiento así puede demostrar la capacidad de una marca para responder con agilidad a necesidades acuciantes. Se trata de innovación «activa», no de un simple eslogan en la pared de una oficina.
De este modo, las marcas pueden ser vistas como pioneras versátiles e innovadoras, que establecen sus propios estándares y no comprometen sus objetivos. Además, gracias a la sencilla tecnología «plug and play», las marcas pueden utilizar la tecnología de streaming adaptable para ofrecer sus contenidos o ver cómo su producto digital se integra perfectamente en la última serie de Netflix. Y lo que es más, esto puede conseguirse sin costes de desarrollo ni compromisos a largo plazo de los equipos internos.
La importancia de centrarse
En una época en la que las marcas se plantean objetivos muy diversos, merece la pena centrarse en las tecnologías digitales que los abordan directamente. Tal vez el objetivo sea la sostenibilidad de las operaciones de producción de la marca o la reducción de la huella de carbono. Sea cual sea el objetivo, es importante considerar también las áreas menos obvias que pueden estar maduras para el desarrollo.
Por ejemplo, aunque es muy importante reducir la huella de carbono en las fases más evidentemente contaminantes del ciclo de producción, no debemos ignorar la contribución de las actividades digitales a las emisiones de CO2. Innovar de forma realmente activa es plantearse preguntas difíciles sin mirar hacia otro lado. Los consumidores prestan atención a la transparencia de una marca y a sus compromisos. Con un 85% de consumidores cada vez más sostenibles en sus compras, es hora de centrarse en este ámbito. Un tema de la agenda a la vez con verdadera profundidad y transparencia.
Así que, sea cual sea tu área de interés, limpiemos nuestra actitud, sigamos siendo juguetones, al tiempo que nos centramos y estamos abiertos a nuevas asociaciones. Sólo los que se implican tienen posibilidades de ganar. Acojamos este año relativamente nuevo sabiendo que estamos mostrando nuestro yo lúdico, abierto a probar algo nuevo, algo que puede impulsar a la marca en su camino para ofrecer experiencias innovadoras «a medida».
