¿Qué importancia tiene la formación constante en un contexto de cambio constante e incertidumbre?_ESADE

En la Revista Dir&Ge hablamos con Lali Soler, Directora Académica del Executive Máster in Business Analytics de Esade, sobre la importancia de la formación constante en un contexto de cambio y marcada incertidumbre.

¿Qué importancia tiene la formación constante en un contexto de cambio e incertidumbre? Clic para tuitear

Con más de sesenta años de historia, Esade mantiene su compromiso por formar a profesionales competentes, mejorar las organizaciones mediante la creación de conocimiento y contribuir al desarrollo de sociedades libres y prósperas.

Según el informe Digital Readiness Index 2019, España está en el puesto 26 en preparación digital. ¿Con qué habilidades deben contar los líderes para hacer frente con éxito a los retos que plantea el contexto actual?

Un puesto 26 no es nada malo a escala global, pero si uno mira los resultados con más detalles, observamos que España pertenece al segundo clúster de países a nivel mundial mejor preparados. Por lo tanto, por decirlo de manera coloquial, España está en segunda división y no entre los Big Players. En general los líderes actuales deben contar con un conocimiento y comprensión del papel de las tecnologías digitales a nivel empresarial y como su irrupción puede valorizar e incluso cambiar de paradigma un modelo de negocio o sector.  Es importante que empiecen por realizar pasos seguros en la transformación digital, asistidos por empresas externas si es necesario, para poder valorar los beneficios del entorno digital mediante el ahorro de costes o el incremento de ganancias. La formación continua es clave en este momento y el desarrollo personal son claves en este momento.

La forma de trabajar ha cambiado notablemente debido, principalmente, a la influencia de las nuevas tecnologías. ¿Qué perfiles profesionales son los más demandados por las compañías actualmente para impulsar el crecimiento empresarial en el entorno digital?

Uno de los problemas que se aprecia en el mercado laboral español es la excesiva fragmentación de perfiles. Es muy importante contar con líderes funcionales o directivos que dominen y comprendan de manera clara la tecnología digital y las oportunidades que ésta puede brindar a la empresa a través de su aplicación y uso intensivo. Sin embargo, las empresas tienden a buscar perfiles de background eminentemente técnico en lugar de perfiles más estratégicos. La transformación digital en las empresas avanzará en la medida que se puedan introducir perfiles con una visión clara de su utilidad, pros y contras, que puedan valorar su impacto y supervisar su implantación. Los perfiles técnicos también son necesarios, por supuesto, pero deben obedecer a unos requerimientos de negocio y coste-beneficio muy bien dimensionados. De lo contrario, se podría caer en excesos o defectos de digitalización. 

Muchos de los perfiles que buscan las empresas, como los relacionados con big data o business intelligence, son también los más difíciles de encontrar en España. ¿Cuál es la causa de la escasez de este tipo de profesionales?

Creo, sinceramente, que la razón es bastante simple. Son disciplinas relativamente nuevas (de Big Data como tal no se empieza hablar antes de la década pasada) y que aún son bastante desconocidas si analizas con detalle el nivel de comprensión que los altos cargos y equipos de dirección tienen del análisis de datos como tal. Hoy en día es común que las empresas no sepan cómo explotar sus datos ni qué beneficios les puede aportar. Por otro lado, se insiste en seleccionar perfiles con un abanico de dominio de tecnologías y técnicas exagerado o incluso doctores en los roles de científico de datos que contribuyen a incrementar su escasez. Es importante tener claro que la tecnología debe responder a necesidades de negocio y no al revés, y no creo que el tejido empresarial español, en general, necesite perfiles de doctorado para abordar problemas analíticos.

Tan solo el 3,2% de los jóvenes españoles cuenta con las capacidades necesarias para entender, analizar y trabajar con datos, según el Índice de Alfabetización de Datos, elaborado por Qlik. ¿Qué medidas pueden poner en marcha las empresas y las instituciones para desarrollar este tipo de conocimientos entre los profesionales?

Quizá matizaría un poco la afirmación porque no es exactamente así: sólo el 3,2% de los jóvenes cuenta con las habilidades necesarias para trabajar con datos de manera útil en una organización. Para ello se requiere más experiencia en gestión que otras disciplinas de carácter numérico como matemáticas, física o estadística. Generalmente, y por el hecho de que la cultura data driven no está bien instalada en nuestro país, tendemos a pensar que trabajar con datos de manera profesional requiere amplios conocimientos en estas disciplinas; pero se trata de un grave error. Los datos no son útiles en sí mismos, deben ser usados en virtud de algún objetivo específico que, a su vez, tendrá un KPI o un indicador de la cuenta de explotación asociado. Entender las posibles aplicaciones soportadas por datos y como su análisis puede mejorar la toma de decisiones no es una habilidad que se pueda desarrollar en carreras técnicas o científicas. Es preciso tener experiencia y recibir una formación mixta entre gestión y los conocimientos técnicos necesarios de modo que el trabajo con datos esté orientado a resultados y sea rentable en una compañía; que, al final, es lo que nos interesará. Para ello las empresas deben acceder a planes de formación y capacitación específica combinando las dos áreas de conocimiento y, sobre todo, empezando por entender muy bien y de forma absolutamente rigurosa, qué es y en qué consiste la analítica de datos.

El salario ya no es el elemento de compensación mejor valorado por los empleados, sino cuestiones como la formación o la conciliación. ¿Qué papel juega la formación en la satisfacción de los empleados y la construcción del employer branding?

En este sentido y soy bastante romántica y creo en el valor que la formación tiene per se. Un buen entorno de formación en la empresa abre muchas posibilidades a los empleados. De entrada, se capacitan para desarrollar nuevas tareas, lo que supone una motivación extraordinaria. Por otra parte, no debemos olvidar que la recepción tiene un efecto secundario también a nivel de soft skills, puesto que incrementa enormemente la seguridad y la autoestima. No obstante, siendo pragmáticos, la formación también hace nuestro perfil profesional más atractivo lo que ayuda a progresar en la misma empresa o, simplemente, conseguir una posición más satisfactoria

A la hora de seleccionar candidatos, las habilidades soft ganan cada vez más peso. ¿Continúa siendo la formación un factor clave en la empleabilidad de los profesionales?

Por supuesto. Cada vez más los puestos de trabajo son más especializados y específicos. Yo no creo que la inteligencia artificial vaya a substituir a los humanos a corto o medio plazo, pero los procesos de automatización sí que están ganando terreno fácilmente y las tareas repetitivas de poco valor añadido van perdiendo peso. Los puestos de trabajo son más complejos y requieren mayor especialización; por eso la formación será clave, especialmente en España, donde los grados universitarios son de carácter muy generalista. La progresión laboral se consigue, cada vez más con una buena y equilibrada combinación de experiencia y formación continuada.

ESADE es una de las instituciones líderes del sector de la formación. ¿Cuál es su propuesta de valor frente a otras instituciones formativas y en qué elementos se apoyan para ofrecer la mejor experiencia a sus alumnos?

La propuesta de valor de Esade es clara, aunque también arriesgada. Esade cuenta con una experiencia y una solvencia bien reconocida a nivel mundial de formación de directivos o futuros directivos. La perspectiva de Esade, que por otra parte se alinea con la visión de otras instituciones como Harvard, MIT o Standford, es la de ofrecer programas especialmente diseñados para que sus participantes entiendan la base tecnológica, pero sobretodo su uso y aplicaciones a nivel empresarial. Es importante, a día de hoy, que, en una empresa con problemas de rotura de stock o merma, por ejemplo, se sepa que con series temporales o machine learning se pueden predecir las necesidades de materia prima. Es importante también que se aprendan a identificar correlaciones claras entre variables e incluso relaciones causa-efecto para comprender los propios procesos y a los clientes. Por lo tanto, creemos en programas mixtos que aborden la resolución de problemas reales con el conocimiento técnico justo y necesario y, sobre todo, que doten a los participantes de herramientas clave para medir su impacto y retorno. A día de hoy hay mucha más formación de especialización técnica (ciencia de datos, arquitecturas big data, inteligencia artificial, etc.) pero no podemos esperar que un perfil de estas características sepa cómo aplicarlo ante una situación de negocio de la manera más idónea. Necesitamos perfiles capaces de liderar la transformación digital y analítica en las organizaciones y ésta es la formación que Esade pretende ofrecer a sus estudiantes. Para ello combinamos los conocimientos de gestión más relevantes con la capacitación en análisis de datos (descriptivo y predictivo) siempre partiendo de datos y situaciones reales.

En tu opinión, ¿cuáles consideras que son las tendencias que van a determinar el desarrollo de habilidades y conocimientos entre los profesionales de los próximos años?

Mi percepción es que el profesional de los próximos años deberá balancear perfectamente un porcentaje muy alto de habilidades soft y ramas muy específicas de conocimiento específico en determinados dominios. Por otro lado, la irrupción de tecnologías disruptivas en el ámbito empresarial obliga a adquirir conocimientos en estos ámbitos de manera concreta. Yo creo en la figura del “technager”, un líder con una amplia gama de habilidades en gestión pero que ya ha asumido y comprende el uso de la tecnología como un driver fundamental en la consecución de resultados. En este sentido, si además contamos con un escenario de globalización, la formación blended o 100% online será clave para el desarrollo y la obtención de nuevas habilidades y capacidades para el entorno laboral. De hecho, la proliferación de cursos de esta naturaleza está más que demostrada en la última década, con una puesta muy relevante en este campo tanto de universidades como escuelas de negocio a nivel mundial.

Acceder a la última edición de la Revista Dir&Ge