efecto látigo

El llamado efecto látigo corresponde a pequeños cambios en la previsión de la demanda aguas abajo que se van amplificando aguas arriba, en cada eslabón de la cadena de suministro de forma exponencial.

El efecto látigo en la cadena de suministro, por @Varela_Pepe #ecommerce Clic para tuitear

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Imaginemos un comercio perteneciente a una cadena de alimentación que tuviera un 10% de desviación en su cadena de suministro. Pongamos por caso, un repartidor de cajas de leche, cada una de las cuales sale de fábrica cargada con 10 bricks. El comercio sólo necesita once unidades, así que tiene dos opciones: o se queda con una sola caja, asumiendo un déficit de oferta de un brick, o coge dos cajas, o sea 20 bricks… y almacena un stock de oferta que, quizás no venda.

Además, si ese comercio perteneciera a una red de 50 locales atendidos por un mismo centro de distribución y, en cada local se repitiera la misma desviación, estaríamos hablando de una multiplicación del problema por 50. Y, si como podría ser el caso de España, nos encontráramos que esa cadena de alimentación, con presencia en todo el territorio nacional, tuviera un centro de distribución en cada una de las cincuenta provincias españolas, entonces el problema crecería exponencialmente. Y eso por no hablar de que habría que aumentar la flota de camiones para hacer los repartos. Entonces, nos encontraríamos con que todo se empieza a dimensionar mucho más de lo que se necesita……

Este es el llamado es el efecto látigo, pequeños cambios en la previsión de la demanda aguas abajo que se van amplificando aguas arriba, en cada eslabón de la cadena de suministro de forma exponencial. El problema, claramente basado en una mala calidad de los datos que, a la postre, genera un innecesario -y evitable- aumento de costes.

Olvidarse de reponer basándose en la oferta

Jawad Akhtar, además de haberse doctorado en Ingeniería Química por la Universidad de Missouri, es vicepresidente de SAP y lleva más de 20 años trabajando en el desarrollo y planificación de cadenas de suministro, A su experiencia profesional hay que sumar que Akhtar ha escrito varios libros y es experto en sistemas de logística SAP. En palabras de este ingeniero químico “si las empresas quieren prevenir la aparición del efecto látigo, en sus cadenas de suministro, deberían olvidarse de las herramientas de planificación tradicionales, basadas en la previsión de la oferta para la planificación de la compra de materiales. Este método no suele resultar excesivamente efectiva en el complejo contexto de las cadenas de suministros actuales”.

La explicación a todo este entorno tan inestable y poco previsible se debe, en opinión de Jawad Akhtar, a que “tanto la oferta y la demanda pueden variar a tal velocidad que la incapacidad de un proveedor, para dar un servicio de calidad a sus clientes, suele acabar por tener efectos negativos en toda la cadena de suministro. Estos efectos suelen ser más acusados en eslabones como el cliente, el distribuidor, la cadena de producción y el departamento de compras de la compañía”.

Actuar rápida y eficazmente

Basar en la demanda, en lugar de en la oferta, la reposición de materiales tiene para Akhtar una clara ventaja “utilizar un sistema de gestión de materiales e inventarios como, por ejemplo, Demand Driven MRP, permite a los gestores de las empresas actuar rápidamente, en caso de variabilidad de la demanda. En ese caso, pueden utilizar, rápidamente, las reservas de inventario ubicadas en diversos puntos de la cadena de suministro. Así mismo, la utilización del sistema de gestión Demand Driven da la posibilidad de activar alertas que permiten, a los responsables de planificación de materiales de las empresas, ajustar, rápidamente y cuando sea necesario, sus propios niveles de suministro”.

Cuando la empresa gestiona su cadena de suministro centrándose en la oferta lo más probable es, según Jawad Akhtar, es que dé como resultado “un stock de productos que no se vendan. O, en sentido opuesto, que se tenga un inventario de productos escaso en relación al número de clientes de esa empresa. Otra consecuencia del efecto látigo será que las materias primas requeridas para producir un producto probablemente ya se hayan adquirido… y las capacidades tecnológicas y recursos humanos contratado o, al menos, planificado”.

Cómo reducir el efecto látigo en la cadena de suministro

Al final, todas estas pequeñas fluctuaciones de la demanda, en el extremo ascendente de la cadena de suministro, desembocará en una cadena de suministro ineficaz por exceso -o carencia- de inventario. Por esta razón, el gestor de esa cadena querrá -y podrá- aplicar diversas estrategias capaces de reducir las consecuencias de ese efecto látigo. Una de ellas es la introducción de buffers en la cadena, un mecanismo de protección del flujo.

Basándose en su experiencia de años trabajando en cadenas de suministro, Jawad Akhtar aconseja a las empresas “colaborar con clientes y proveedores, para conocer, al mayor detalle posible, sus sistemas y condiciones de trabajo; aplicar un software de administración de la cadena de suministro capaz de aportar visibilidad (en España muchas empresas utilizan el software Replenishment Plus); adaptar un enfoque de gestión de la cadena de suministro basado en la demanda y, por último, posibilitar una comunicación abierta entre todos los eslabones de la cadena de suministro, habilitando un acceso rápido, de todas las partes interesadas, a la información generada en el proceso de gestión”.

La experiencia dice que la aplicación de estos cuatro elementos permite desarrollar una cadena de suministro mucho más efectiva… sin los efectos perniciosos del efecto látigo.