En Biciclasica hemos entendido desde nuestro inicio que podíamos convertirnos en un actor de cambio para mejorar la calidad del planeta de manera significativa. Las bicicletas siempre han estado ligadas a la sostenibilidad y, obviamente, operar en una industria cuya mera existencia mejora de por sí la calidad medioambiental resulta clave en este sentido.
Nosotras estamos convencidas de que esta parte, la de la actividad del negocio, es la más crítica si hablamos de calidad medioambiental. Por mucho que algunas marcas u organismos lo intenten, si tu actividad es altamente contaminante poco puedes hacer para mejorar la calidad del planeta. La mayoría de las veces nos encontramos con actores altamente contaminantes que acaban recurriendo a campañas de marketing de greenwashing cuyo interés fundamental es lavar la imagen de marca de cara a los consumidores, algo que, por suerte, cada vez funciona peor.
Lo que hay que tener claro es que cuando trabajas en una industria o en un sector cuya actividad favorece implícitamente la sostenibilidad, como es el caso de la industria de la bicicleta, tienes la mayor parte del terreno ganado si quieres hacer que el mundo sea un lugar mejor.
En Biciclasica vendemos bicicletas desde hace diez años y desde hace un par de años hemos creado nuestra propia gama de bicicletas eléctricas con nuestra otra marca, Capri Bikes. Según Greenpeace el tráfico rodado, con el coche térmico en primer plano, provoca unas 400.000 muertes prematuras al año en Europa, y es la causa del 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero; si con nuestras bicis eléctricas conseguimos ayudar a cambiar la forma en la que nos movemos en las ciudades (que es donde nos jugamos el futuro del planeta porque cada vez más personas viven en ciudades y porque se estima que el 80% de la población mundial vivirá en una gran ciudad a finales de este mismo siglo), estaremos mejorando la calidad del planeta de un modo objetivo.
Tu actividad como empresa, a qué te dedicas, tu verdadera misión, ahí radica lo más importante para ayudar a mejorar la calidad del planeta. Desde luego, puede que todo esto no sea lo único que haya que tener en cuenta a la hora de hacer este tipo de valoraciones, pero sin duda es lo más importante.
Lo cierto es que a la hora de montar un negocio tienes que tener en cuenta un montón de factores y hasta ahora, la sostenibilidad quizá no se encontraba en un primer plano dentro de los planes empresariales. Sin embargo, mi percepción es que todas hemos entendido por fin que el Calentamiento Global va completamente en serio y que no tenemos más oportunidades. Hace una década todavía quedaban voces, incluso dentro de la propia comunidad científica, que cuestionaban de algún modo la Emergencia Climática. A día de hoy el consenso es total y cumbres como la de Glasgow han situado esta terrible emergencia en el centro del debate público y político.
En este sentido que tu modelo de negocio sea realmente sostenible es cada vez un imperativo mayor. No sólo desde el punto de vista ético sino también desde el punto de vista puramente empresarial, desde el de la viabilidad. El consumidor presiona en la dirección de la sostenibilidad y las marcas y negocios que no pongan este valor en el centro de su estrategia están condenadas al fracaso.
No obstante, me gustaría insistir en mi idea inicial: la actividad es totalmente clave, por eso si queremos montar negocios que mejoren la calidad medioambiental del planeta la pregunta fundamental está en si nuestra actividad mejora o no la vida en nuestro planeta. Entonces, ¿cómo podemos montar negocios que mejoren la calidad del planeta? Preguntándonos qué mejora el medioambiente y enfocando nuestro negocio en esa dirección.
Cualquier modelo de negocio tiene que pasar ya ese filtro, ¿es bueno para el planeta? Cualquier algoritmo de un plan de negocio tiene que incluir esta pregunta en el inicio. Si tu negocio no mejora la calidad del planeta, olvídalo, no va a funcionar. El momento en el que contaminar era aceptado como algo inevitable por parte de los consumidores ya ha pasado. La sostenibilidad es una tendencia que no ha hecho más que acelerarse en los últimos años y que seguirá creciendo, sin duda, exponencialmente. Lo vemos a diario.
Otros aspectos que también hay que tener en cuenta a nivel sostenibilidad son los procesos internos de la propia empresa, si favorecen a los trabajadores más sostenibles y potencian este tipo de conductos o no; por ejemplo con ayudas para la compra de bicicletas y parkings para bicis en el trabajo. En Biciclasica todos nuestros trabajadores reciben de regalo una bicicleta eléctrica Capri y tienen un espacio en el que aparcar sus bicis de forma segura. Es muy importante para nosotros actuar desde el ejemplo.
La sostenibilidad en la empresa va más lejos, apostar por lo local también resulta clave. Nuestros proveedores son fundamentalmente europeos y nuestras bicicletas están montadas en Europa. Por supuesto, si una empresa quiere ser sostenible y quiere contribuir a mejorar la calidad del planeta Tierra tiene que tener en cuenta con qué proveedores trabaja. Por suerte, los consumidores cada vez valoran más estos aspectos y la tendencia es al alza.
Si me preguntas cómo podemos impulsar la marca España para que sea una referencia a nivel mundial mi respuesta está ligada a todo lo que he venido explicando hasta ahora. Si queremos que una empresa funcione en 2022 tendremos que impulsar fundamentalmente la innovación y la sostenibilidad. Un país es como una gran empresa, en muchos sentidos. Por eso, si queremos impulsar la marca España tenemos que convertirnos en un país líder en innovación y en materia verde. No hay atajos, ni tampoco hay secretos. La educación es clave y la universidad tiene una oportunidad histórica aquí. La inversión también lo es. Vivimos un momento crucial, aunque suene a tópico. El mundo cambia rápidamente y la alarma climática ha dejado de ser una especie de simulacro. Es como cuando preparas el lanzamiento de un nuevo producto a muchos meses vista y has llegado a la semana clave: la semana en la que lanzas el producto. Estamos en esa recta final y hay que hacer un montón de cambios urgentes si queremos salvar el planeta. Los países que lideren estos cambios serán las referencias del futuro.
En España somos realmente creativos y este es quizá nuestro mejor valor, pero tenemos además una serie de elementos que nos hacen un país único. Necesitamos creer más en nosotros mismos, apostar por la inversión en áreas estratégicas clave, como la energía limpia, que es el futuro y que debemos potenciar. Apoyar a las empresas que van en la dirección de la sostenibilidad y la innovación es la mejor forma de situar a España en el camino de la calidad.
Las empresas tenemos que ser protagonistas para convertir a España en un país referente para la sostenibilidad y la innovación. Esto está muy relacionado con lo que explicaba al inicio, si el propósito de la empresa, si su actividad, no es buena para el planeta ya no tiene sentido (ni siquiera desde el punto de vista económico o empresarial) seguir apoyando este modelo, por muy rentable que sea a corto plazo.
Todo lo que no sea bueno para el planeta va a desaparecer en las próximas décadas, ese es mi pronóstico, como pasará también con los trabajos automatizables, aunque esa es otra historia.
Lo que tenemos que entender es que el cambio de paradigma es total y que la única manera de abordarlo es desde el prisma de la innovación y la sostenibilidad, pero ojo, que se puede ser muy innovador sin perder la esencia de las cosas simples y bellas. Ese es nuestro enfoque. Siempre que pensamos en innovación nos imaginamos escenas futuristas que parecen sacadas de una película de Ridley Scott, pero la mayoría de las veces la innovación pasa por valorar ideas mucho más sencillas. En ese sentido nuestras bicis eléctricas, minimalistas y auténticamente clásicas, demuestran que muchas veces la mejor forma de resultar innovador y sostenible es reinventando lo que lleva funcionando excelentemente bien desde hace décadas, o incluso siglos.
Por Nina Mier, fundadora de Biciclasica.com y Capri Bikes
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