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EmoSpaces, un proyecto del Instituto Tecnológico de Informática, emplea la tecnología para detectar posibles atracos o emergencias a través de las emociones de los usuarios.

#Machinelearning y #bigdata para detectar emergencias a través de las emociones #innovación Clic para tuitear

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EmoSpace proporciona la tecnología necesaria para analizar las emociones de los usuarios en espacios inteligentes y adaptarlos para conseguir una mejor experiencia. Esto se consigue gracias al Internet de las Cosas.

Desde el ITI aseguran que los sentimientos y emociones humanas son una fuente de información con mucho potencial. Por tanto, poder extraer, analizar y procesar esa información puede ayudar a prevenir enfermedades o emergencias antes de que se produzcan.

La aplicación de todo esto en espacios inteligentes ofrece la posibilidad de acondicionar y adaptar dichos espacios, acondicionar hogares y establecimientos al bienestar corporal y emocional de los usuarios. Esto se aplica ya en la regulación de la temperatura o en tiendas para influir en la decisión de compra del consumidor.

Para ello, se emplea una red de sensores e información procedente de redes sociales y plataformas digitales. Aplicando diversas técnicas de machine learning y big data a los datos recabados, se puede obtener información cuantitativa y cualitativa de las emociones de los usuarios para modificar los espacios en consecuencia.

Mejorando la experiencia a través de IoT

Así, Mario Rodrigo, responsable del proyecto, señala que «el principal aspecto diferenciador de EmoSpaces radica en considerar las emociones y los sentimientos como fuentes de información contextual, para mejorar los servicios inteligentes en el IoT. Esto representa un reto importante en el análisis de información de distintas fuentes heterogéneas y la aplicación de conocimientos sobre inteligencia emocional, tecnologías afectivas y persuasivas».

Además, consideran que el desarrollo de este proyecto puede resultar muy significativo para el diseño de entornos de realidad virtual para personas con autismo, o en el terreno de la educación para adecuar la formación a las aptitudes y actitudes del alumno.

El proyecto comenzó su andadura en 2016 y cuenta con la colaboración de diversas empresas españolas, francesas, coreanas o rumanas, que conforman un consorcio internacional. Cuenta con financiación del Ministerio de Economía y Competitividad y del Fondo Europeo de Desarrollo Regional.

Fuente EuropaPress

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