Vivimos en una época en la que un producto por sí mismo ya no es suficiente, y las marcas deben innovar constantemente para mantener su relevancia, a la vez que se adaptan a las necesidades de los nuevos consumidores
¿Cómo puede ayudar la #tecnología a impulsar las oportunidades de #negocio en el sector de la #cosmética? Clic para tuitearCreando experiencias a través de la tecnología
Uno de los factores que más contribuye a este fenómeno es la innovación, que en el sector de la cosmética ha cambiado la forma en que las marcas crean, comercializan y venden a los consumidores finales. La importancia de la tecnología se refleja en toda la cadena de producción, desde el desarrollo del producto, para extraer ingredientes o crear de nuevas fórmulas, o su envasado; en la implementación de una logística más sofisticada, hasta su comercialización, proceso en el que actualmente las marcas involucran más estrechamente al consumidor.
Los avances tecnológicos permiten a las marcas encontrar soluciones enfocadas a la belleza y el bienestar nunca vistas anteriormente, y que facilitan una conversación y trato bidireccional con los consumidores. Éstos, también con la ayuda de la tecnología, poseen una cantidad infinita de información, literalmente al alcance de sus dedos, y constantemente buscan datos sobre productos, comparando precios, y recibiendo conocimientos y recomendaciones que influyen en su toma de decisiones. Las normas han cambiado. Estos consumidores ya no navegan y compran, sino que están constantemente involucrados. Por eso, en lugar de ofrecer el producto simplemente, las marcas deben inspirar, escuchar e interactuar con ellos permanentemente.
En el sector de la cosmética, como en el resto, la tecnología ha desempeñado un papel fundamental de cara a la personalización que exige la era digital, obligando a las compañías a crear nuevas fórmulas para la venta minorista experimental, despertando todos los sentidos para crear una experiencia inolvidable, y consolidando el omnichannel hasta el final. Porque si bien la tecnología no ha reemplazado el concepto del beauty corner, sin duda lo ha mejorado, creando una experiencia 360o en la que se tienen en cuenta todas las etapas del consumer journey. ¡Ya no es lineal; ahora más que nunca es una red de conexiones!
El nuevo consumidor y la democratización de la belleza
La aplicación de la tecnología en el mundo de la cosmética ha revolucionado el sector, ya que ha logrado democratizar la belleza más profesional, adaptándola a nivel usuario. Un buen ejemplo es FOREO, con que con sus dispositivos accede a todos los hogares, ofreciendo soluciones profesionales de uso doméstico, como limpiezas faciales y tratamientos de hidratación cutánea de formulación profesional, que se pueden disfrutar en cualquier momento y lugar, en apenas unos segundos, logrando resultados similares a los tratamientos desarrollados en centros profesionales especializados.
Así, la tecnología ha permitido el aumento de consumidores más inteligentes y con mayor conocimiento sobre la salud de la piel, que son menos fieles a las marcas porque manejan mucha más información. Por ello las marcas necesitan constantemente generar nuevos conceptos mediante el uso de la tecnología, y cambiar la forma en que la industria crea y comercializa este tipo de productos.
Algunas de las tendencias que estamos viendo en los sectores de salud y belleza es la personalización a través de la Inteligencia Artificial. Vemos esto en bases de coincidencia instantánea de colores, así como en el aumento de herramientas de belleza inteligentes (como los productos de la gama UFO y LUNA de FOREO) donde el análisis de la piel se realiza junto con tratamientos personalizados y rutinas de belleza. El uso de la realidad virtual es muy común hoy en día, con el asistente virtual de Sephora como ejemplo.
En el futuro veremos emerger mucho más este tipo de conceptos y tecnologías, con los que las marcas buscan mantenerse a la vanguardia y satisfacer las necesidades de los nuevos consumidores, que buscan involucrarse y conectarse, habiendo superado ya hace tiempo el formato de consumo tradicional.
