Algunas investigaciones han demostrado que las mujeres rinden peor que los hombres en entornos competitivos y que son más proclives a evitar tales entornos en sus carreras.
Hombres y mujeres: @ESADE explica quién rinde mejor en entornos de #trabajo competitivos #RRHH Clic para tuitearTiempo de Lectura: 3 minutos
por Pedro Rey Biel, Profesor asociado del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad en ESADE Business School
De ser eso cierto, daría lugar a una diferencia salarial entre hombres y mujeres, ya sea porque las mujeres son menos eficaces en determinados entornos competitivos o porque tienen menos probabilidades de buscar ascensos.
Sin embargo, otras investigaciones han demostrado que el menor rendimiento de las mujeres en entornos competitivos depende del trabajo y de la composición de género entre sus competidores.
A la luz de estos resultados contradictorios, el profesor asociado de ESADE, Pedro Rey Biel, y su coautora, Nagore Iriberri, de la Universidad del País Vasco, han llevado a cabo un estudio para averiguar si las mujeres rinden menos en entornos competitivos y, en caso afirmativo, por qué.
Los investigadores llevaron a cabo varios experimentos comportamentales con 640 participantes masculinos y femeninos. En cada sesión, la mitad de los individuos eran hombres y la otra mitad, mujeres. No se informó a los sujetos de que el experimento incluía un estudio de género para evitar sesgar su percepción.
Los experimentos consistían en dos tareas, que los sujetos realizaban secuencialmente en dos períodos de cuatro minutos. Una de las tareas consistía en las relaciones espaciales, una habilidad en la que los hombres son supuestamente mejores. La otra involucraba habilidades verbales y de memoria, un área en la que las mujeres tienden a superar a sus colegas masculinos.
Rendimiento inferior relativo y amenaza de los estereotipos
Los resultados muestran que las mujeres rinden menos solo en situaciones concretas. “Encontramos un rendimiento relativamente bajo por parte de las mujeres solo en entornos competitivos en contextos muy específicos”, afirma el profesor Rey.
Cuando las mujeres saben que su rival es un hombre, parece que eso desencadena un estereotipo que las hace sentir amenazadas. Esto, a su vez, las lleva a rendir menos. “Concretamente, encontramos que las mujeres tuvieron un rendimiento inferior solo en la tarea que se cree que favorece a los hombres y solo cuando se reveló el género del rival o cuando se les informó de que sus rivales estaban listos para comenzar a competir”, explica el profesor Rey.
¿Qué significa eso exactamente? Los experimentos demuestran que, cuando no se revela el género del rival, ambos géneros tienden a tener un rendimiento similar: los hombres mostraron una mejora media en el número de respuestas correctas alrededor del 5, mientras que las mujeres mejoraron alrededor del 6.
Sin embargo, cuando se proporcionó a los participantes información sobre el género de sus rivales, los hombres mejoraron en un promedio de 8 respuestas, mientras que las mujeres mejoraron en solo 3.
En otras palabras, cuando los hombres y las mujeres saben que su oponente es del sexo opuesto, el rendimiento de los hombres mejora en un 75 %, mientras que el de las mujeres disminuye en casi un 50 %.
Manipulación de la información
Por lo tanto, técnicamente, el inferior rendimiento de las mujeres no depende del género de su rival en sí, sino de los estereotipos preconcebidos sobre el sexo de su oponente antes de realizar la tarea.
“Nuestros hallazgos demuestran cómo la manipulación de la información dada a hombres y mujeres antes de que realicen una tarea influye en su rendimiento en entornos competitivos. Es más probable que las mujeres rindan menos cuando se les proporciona de antemano información sobre el género de sus rivales y las supuestas diferencias basadas en el género”, afirma el profesor Rey, y añade: “Si las mujeres creen que están a punto de realizar una tarea que favorece a los hombres, su rendimiento tenderá a disminuir”.
Cuando los investigadores daban a los participantes información relacionada con el género, como decir a las mujeres que la tarea que estaban a punto de realizar tendía a favorecer a los hombres o viceversa, descubrieron que la creencia de que estaban realizando una tarea “masculina” provocaba que el rendimiento femenino disminuyera significativamente.
“Basándonos en nuestras pruebas, parece que omitir o enfatizar la información relacionada con el género puede debilitar o reforzar las percepciones previas sobre las diferencias en las tareas y las capacidades competitivas, de modo que eso afecta al rendimiento”, explican los autores.
“El efecto de corregir los falsos prejuicios sobre la capacidad relativamente inferior de las mujeres para realizar trabajos tradicionalmente considerados masculinos debe ser estudiado, ya que tales percepciones no son ciertas”.