La gestión avanzada de activos se enfrenta a un proceso de transformación estructural, impulsado por la integración de tecnologías como la IA Generativa, el Machine Learning y el IoT. Estas soluciones permiten evolucionar desde modelos reactivos hacia enfoques predictivos, conectados y más eficientes, que optimizan recursos y se anticipan a las incidencias operativas. Sin embargo, su adopción implica retos que exceden la dimensión tecnológica, lo que requiere una revisión de procesos. Una redefinición de la gobernanza del dato y el refuerzo de las capacidades internas es fundamental para garantizar una integración que preserve la continuidad operativa, maximice el retorno de la inversión y refuerce la sostenibilidad.

El encuentro directivo impulsado por Hexagon, “Estrategias digitales para optimizar costes, maximizar el rendimiento de los activos y aumentar la competitividad”, y organizado por Dir&Ge, abordó cómo construir modelos de gestión de activos más eficientes, escalables y alineados con los objetivos corporativos. Se analizaron los enfoques más eficaces para integrar tecnologías avanzadas sin fricciones en la operatividad, así como las estrategias para fortalecer la cultura digital y las capacidades internas, y los criterios que deben guiar la gobernanza de datos y la ciberseguridad en entornos conectados. Además, se subrayó la importancia de anticiparse a los cambios para preservar la rentabilidad y la competitividad empresarial.

Integración tecnológica con retorno real

La incorporación de tecnologías avanzadas en la gestión de activos debe responder a una premisa clara: aportar valor tangible y medible al negocio. Los directivos coincidieron en que no se trata únicamente de digitalizar por el hecho en sí mismo, sino de identificar qué procesos generan mayor retorno y cómo escalarlos sin comprometer la operativa.

Para Marta Serrano, CDO, Head of Data & AI de Acciona Energía, la implementación de tecnologías avanzadas debe responder a una visión orientada a resultados, apoyada en modelos predictivos que permitan estimar con precisión el impacto real de cada iniciativa sobre el negocio. “Es esencial establecer desde el inicio qué proyectos aportarán valor sostenible a la organización y cuáles deben mantenerse en fase exploratoria hasta demostrar su viabilidad”. Destacó, además, que aunque la IA generativa abre un campo de oportunidades, su capacidad de generar retornos cuantificables sigue siendo limitada, a diferencia de las soluciones basadas en Machine Learning, que ya ofrecen resultados tangibles y contrastados en términos de eficiencia operativa y competitividad.

Bas Beemsterboer, Director of Sales Strategy de Hexagon, subrayó que “el verdadero reto en la implantación de tecnologías avanzadas no reside en la propia capacidad técnica, sino en su alineación efectiva con los objetivos estratégicos de la organización”. Advirtió que, sin una definición clara del valor que debe generar cada proyecto, muchas iniciativas fracasan al convertirse en ejercicios tecnológicos sin impacto tangible. En este sentido, insistió en que la IA debe consolidarse como una palanca de valor real para todos los niveles de la organización.

Berta Aramburu, Head of Innovation Laboratories de Moeve, resaltó que “cualquier proceso de transformación debe estar guiado por una lógica de negocio bien definida, donde la digitalización no se entienda como un fin en sí mismo, sino como una herramienta al servicio de los objetivos corporativos”. Para la directiva, es esencial validar la aplicabilidad real de cada iniciativa desde la operativa, garantizando que las decisiones estratégicas de automatización y modernización se adopten de forma consensuada desde todos los niveles. “Solo desde esa convergencia se puede asegurar una implantación eficaz, sostenible y alineada con la organización”, añadió.

Por su parte, Felipe Sevillano, Director Sistemas de Información y Procesos de Redexis, señaló que “todo proceso de transformación debe abordarse desde una perspectiva de eficacia operativa y su aportación de valor”. Aun así, según el directivo, no todas las áreas requieren digitalización, sino una revisión estratégica que identifique qué procesos merecen ser rediseñados y qué beneficios tangibles puede aportar la tecnología en cada caso. Además, incidió en que “para impulsar proyectos transversales de forma efectiva es imprescindible coordinar todos los recursos disponibles, anticipar las necesidades operativas, y garantizar una asignación ágil y alineada con los objetivos corporativos”.

Gestión del cambio y cultura digital

Transformar modelos de gestión de activos implica transformar también la cultura empresarial. La tecnología, por sí misma, no garantiza resultados si no se acompaña de una evolución organizativa que impulse nuevas dinámicas de trabajo, y facilite la adopción desde todas las capas de la compañía. En este sentido, integrar talento digital y generar espacios de participación son factores determinantes para que el cambio forme parte de la operativa diaria.

Para Carles Caminal, Senior Account Executive de Hexagon, si bien muchas organizaciones disponen de una estrategia definida, el mayor reto radica en su correcta articulación operativa y en la capacidad de comunicarla de forma cohesionada a toda la organización. “Las estructuras organizativas en silos y la falta de conexión entre todas las áreas limita la alineación interna, debilitando la eficacia de cualquier iniciativa de cambio”. Por ello, resaltó la importancia de contar con perfiles con una visión integral de la compañía, “capaces de actuar como facilitadores estratégicos, conectar objetivos globales con la dinámica operativa y consolidar una cultura organizativa que priorice la colaboración y el compromiso con la transformación a largo plazo”.

Mariana Puscinski, Deputy COO – Head of FinOps – GEMS Iberia de Engie, destacó la relevancia de combinar una visión estratégica firme desde el liderazgo con dinámicas de acompañamiento operativo que permitan consolidar una cultura de cambio real. “Más allá de definir grandes objetivos, es esencial integrar mecanismos de mentoring y escucha activa en los equipos, favoreciendo la adhesión progresiva y reduciendo la resistencia al cambio”, subrayó. Además, señaló que “avanzar al ritmo adecuado, alineado con las capacidades y conocimientos, la madurez organizativa y la realidad operativa, resulta determinante para garantizar una digitalización efectiva y sostenible desde todos los niveles de la compañía”.

“La adopción tecnológica debe traducirse en una mayor capacidad de gestión para los usuarios, donde la tecnología y la seguridad se integren como un valor diferencial y no se perciban como herramientas de control”, destacó Fidel Gómez de Enterría, Director de Sistemas de Información de Iberdrola Inmobiliaria. Además, señaló que la incorporación de nuevas tecnologías, sin una evaluación previa de su impacto real en los procesos, expone a las organizaciones a riesgos innecesarios. Por ello, “resulta esencial priorizar aquellas iniciativas donde la integración de IA o automatización aporte beneficios medibles, minimice riesgos operativos y refuerce la eficiencia global de los procesos empresariales”.

Según Luis Otero, Head of Digital Transformation & IT Corporate Services de Engie, en la gestión del cambio “es fundamental identificar y potenciar perfiles estratégicos que actúen como agentes de cambio, capaces de integrar la transformación digital en todos los niveles de la organización. La implantación tecnológica no solo requiere inversión en herramientas, sino un liderazgo que comprenda en profundidad los procesos y facilite la adopción efectiva en cada área”. Subrayó que la automatización de tareas repetitivas y el desarrollo continuo de competencias se vuelven imprescindibles para maximizar la rentabilidad de la IA y asegurar la competitividad sostenible en un mercado dinámico y exigente.

Gobernanza de datos y ciberseguridad

En entornos cada vez más interconectados y automatizados, la gestión eficiente de los datos y una ciberseguridad proactiva se consolidan como activos diferenciales para la competitividad empresarial. Asumir la seguridad como un valor estratégico, integrado en todo el ciclo de transformación, permite fortalecer la confianza, proteger la información y reducir la exposición a riesgos en contextos de alta exigencia y velocidad operativa.

“La calidad del dato constituye un activo crítico para asegurar la consistencia y la fiabilidad de cualquier proyecto digital”, aseguró Juan Luis Blasco, Director of IT Operations de Acciona. Señaló, además, que “uno de los mayores desafíos reside en la obsolescencia de las infraestructuras tecnológicas, un factor que condiciona directamente la capacidad de las organizaciones para sostener el ritmo de transformación”. En este sentido, subrayó la importancia de identificar y empoderar perfiles con visión transversal, capaces de actuar como dinamizadores del cambio y de trasladar el valor estratégico de la tecnología a todos los niveles de la organización.

Alberto Velázquez, Strategy & Operational Excellence Manager de Talgo, puso en valor el rol de los agentes de cambio como impulsores de la transformación, sin perder de vista la creatividad y el enfoque humanista en cada decisión, y resaltó la necesidad de mantener el propósito y el talento como pilares fundamentales de la innovación. Además, subrayó la importancia de “actuar como filtros estratégicos frente a la aceleración de las tecnologías, priorizando aquellas soluciones que realmente generan valor sostenible para la organización”.

En este sentido, Bas Beemsterboer señaló que “una estrategia de seguridad bien diseñada no solo mitiga riesgos, sino que se convierte en un factor diferencial clave dentro de los modelos de gestión más competitivos”.

En la transformación digital y gestión de activos, los directivos coincidieron en que la automatización y el análisis avanzado son fundamentales para reducir riesgos y ofrecer datos objetivos que respalden la toma de decisiones. No obstante, la alineación de todos los actores en torno a objetivos claros, bajo una estrategia coherente, resulta imprescindible para generar valor tangible, garantizar la rentabilidad y asegurar la sostenibilidad organizacional.

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