Innovar en un contexto en el que la transformación ha dejado paso a la evolución digital implica por parte de las compañías, gestionar la resistencia al cambio, reorientar la cultura organizativa y entender el error como parte de la innovación.
Apostar por la innovación ya no es una opción para las empresas españolas, sino un requisito indispensable para mantener la competitividad en un mercado cambiante. Fomentar y promover la transformación de la cultura empresarial y convertir la innovación en una función transversal en toda la compañía, son los desafíos a los que se enfrentan los directivos en un contexto de marcada incertidumbre.
Desarrollar entornos que despenalicen el error, gestionar eficazmente la resistencia al cambio y capacitar a los empleados han sido algunas de las cuestiones debatidas en el desayuno de trabajo “Innovación, tecnología y diferenciación: factores clave para el crecimiento empresarial”, un espacio impulsado por Citrix y organizado por DIR&GE.
La necesidad de transformar la cultura para innovar mejor
Innovar es una estrategia imprescindible para el desarrollo y crecimiento de los negocios, pero requiere llevar a cabo una transformación de la cultura empresarial que convierta la innovación en una función transversal y no en un departamento aislado. “Hasta ahora los departamentos de innovación estaban encapsulados dentro de la organización, siguiendo una estrategia desvinculada del mercado y del cliente. Construir un entorno de innovación es una cuestión cultural y organizativa. Es esencial que toda la organización forme parte del cambio además de superar el miedo al desconocimiento”, destaca José Carlos Díaz Lacaci, Director de Transformación de Globalia.
Lograr una ventaja competitiva a través de la innovación supone convertirla en un elemento intrínseco al ADN de la compañía. Pablo Montoliu Zunzunegui, Chief Information & Innovation Officer de AON España, explica que “la innovación no es un departamento, sino una función cross, es decir, común a todas las áreas del negocio. La clave para hacer de la innovación la palanca del crecimiento de la compañía es, por un lado, llevar a cabo un cambio de mentalidad promovido por la dirección, y por otro, acertar con el momento oportuno para ponerla en marcha”.
En este sentido, Santiago Campuzano, Iberia Regional Director de Citrix Systems, distingue entre innovación estratégica y operativa. “Las compañías tienden a focalizarse en dos velocidades distintas de innovación: unas planifican el futuro y otras, por falta de medios, entienden la innovación como la vía para mantenerse competitivos, buscando soluciones a corto plazo. La mayoría de las empresas españolas se centran en el segundo modelo de innovación operativa. Para evolucionar de un tipo a otro es necesario transformar la cultura organizativa”.
Para Estefanía Yágüez, Consumer & Market Intelligence Director de L’Oréal, la visión de la innovación no puede limitarse únicamente al producto. “Todos somos conscientes de que la innovación es necesaria. Si no innovamos, no crecemos. Sin embargo, esta innovación no puede enfocarse únicamente hacia el producto, sino en todos los aspectos del negocio. Para ello es necesario fomentar la autonomía de todos los miembros de la organización. Todo lo que se pueda hacer para impulsar la innovación en su sentido más amplio es positivo, ya que dará lugar al aprendizaje a través del método prueba y error y, por tanto, a la evolución”.
Innovar no es solo un proceso que deba llevarse a cabo para satisfacer al cliente externo, sino también al cliente interno. Alejandro Expósito, Business Partner & Country IT Head de Merck, aboga por impulsar esta transformación también en beneficio del empleado. “Es necesario un cambio cultural en las organizaciones que debe ser entendido por todos los directivos. Además de esforzarse por satisfacer las necesidades de los clientes, la innovación también debe encontrar su aplicación dentro de la compañía. Hay que trabajar el employee experience y focalizar cambios que favorezcan el día a día del empleado, su creatividad y aportación a la organización”.
Error y fracaso: elementos esenciales para una innovación eficaz
Construir culturas empresariales en las que se despenalice el error y se aprenda del fracaso se ha convertido en uno de los principales desafíos de los directivos. “Las startups actúan con mayor velocidad para innovar y no tienen miedo a equivocarse. En cambio, en las grandes corporaciones el factor miedo está mucho más presente, ya que las decisiones implican grandes inversiones y largos periodos de tiempo de implementación. En España se innova, pero la velocidad de innovación choca a menudo con la dificultad de implementar los cambios estructurales necesarios. El miedo es una de las principales barreras para innovar”, explica Rafael Urrea, Infraestructure Delivery&Support Lead de Restaurantes McDonald’s.
Alicia Ortega, Directora General de TuDespensa.com, aporta su enfoque desde el punto de vista de los pure players. “Somos muy rápidos y ágiles para poner en marcha proyectos innovadores, pero se echa en falta un mayor bagaje y robustez en los procesos. Sin embargo, la ventaja del aprendizaje por ensayo y error nos permite impulsar el desarrollo de la empresa con mayor velocidad”.
Entender el error como elemento fundamental del aprendizaje y el crecimiento es vital para una innovación eficaz, según David Rey, Chief Data Officer de Idealista. “La clave es conseguir que los equipos entiendan realmente al cliente, también es necesario crear espacios y proporcionar tiempo a los empleados para que puedan trabajar en proyectos innovadores. En este contexto, la implicación de los directivos en el día a día es fundamental a la hora de transmitir la visión del negocio y construir un entorno donde eliminar barreras e impulsar el crecimiento de los equipos”.
Vencer la resistencia al cambio continúa siendo el gran desafío de la innovación
A pesar de la importancia que ha adquirido la innovación para el desarrollo de los diferentes aspectos del negocio, muchas empresas siguen percibiéndola como un departamento aislado. Joaquin Fernández-Caro, Innovation and Business Development de Viesgo, explica que “en muchas compañías, la innovación solo se encuentra en el departamento de innovación, porque no ha logrado permear en toda la organización una mentalidad disruptiva. La clave de la innovación es conseguir que llegue a los procesos del día a día, para mejorar la productividad y la forma de trabajar. Los equipos deben entender que, si no se lleva a cabo un proceso de transformación, la compañía quedará fuera del mercado. Aquí es donde fallan muchos directivos, en transmitir el verdadero sentido y objetivo de la transformación”.
Gestionar la resistencia al cambio es todavía un importante desafío en las empresas españolas. “Muchos empleados y equipos se resisten a adoptar los cambios que la transformación va a provocar en su trabajo diario, aunque la dirección haya tomado la decisión de poner en marcha procesos de innovación. Pero es esencial que lo interioricen y lo incorporen en su actividad diaria para que tanto sus posiciones como toda la compañía siga evolucionando”, asegura Javier Valdés, Financial Planning and Control (FP&C) de Telepizza España.
De cara a implementar determinados procesos de innovación con tecnologías punteras, muchas organizaciones se topan con la escasez de profesionales cualificados. Pablo Pellicer, Head of BI Global de Cabify, afirma que “en nuestro caso, sin la tecnología no podríamos existir, ya que se trata de un negocio puramente digital. Sin embargo, nuestra principal dificultad para crecer es encontrar el talento y los perfiles que necesitamos, porque en España no contamos con suficientes profesionales con las capacidades adecuadas para cubrir determinadas funciones ni con una formación que posibilite la adquisición del conocimiento que necesitamos, lo que nos obliga a buscar talento fuera”.
En este sentido, Montse Gil, VP & Managing Director de Paramount Pictures Spain, apuesta por empoderar y capacitar al talento ya existente. “En muchas ocasiones no es necesario incorporar nuevo talento, sino transformar el que ya tenemos. Efectivamente, el gran desafío de las compañías es capacitar y formar a los empleados para cubrir las necesidades de conocimiento en innovación y desarrollo que precisa la empresa”.
Por su parte, Ricardo Tejero, Director de Eficiencia y Gestión del Cambio de Leroy Merlin, concluía el debate poniendo en valor la tecnología como medio para innovar, pero no como un fin en sí misma. “Nos hemos lanzado a una carrera por la tecnología cuando todavía hay problemas básicos que resolver en las compañías. En muchas ocasiones hemos incurrido en el error de poner la tecnología por delante de los cambios estratégicos en la organización. La innovación debe ser la herramienta para la mejora y construcción de forma sostenida de una compañía mejor.”