La investigadora costarricense Arianna Salazar ha puesto en marcha Bitsence, una plataforma de big data que examina el hábito de los ciudadanos y la información ambiental para impulsar el desarrollo de Smart Cities.
¿Qué papel jugará el #bigdata en el desarrollo urbanístico de las #smartcities? Clic para tuitearTiempo de Lectura: 1 minuto
Las ciudades inteligentes están cada vez más cerca de ser una realidad gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías, que permiten predecir y optimizar los servicios que ofrecen las grandes urbes para facilitar la vida a los ciudadanos. Así, gracias a herramientas como los sensores de tráfico, detectores de contaminación o sistemas de gestión de residuos podremos alcanzar un desarrollo más inteligente y sostenible de las ciudades.
Sin embargo, las metrópolis se enfrentan a retos urbanísticos. ¿Dónde es mejor crear una zona verde? ¿Qué impacto tienen unas obras efectuadas en horario comercial? ¿Va a ser útil una línea de metro en una zona periférica?
Para responder a todas estas preguntas, la urbanista e investigadora doctoral del MIT Arianna Salazar ha puesto en marcha Bitsence, una plataforma que facilita información acerca de los hábitos de los ciudadanos para ayudar a las instituciones, administraciones y compañías a construir las ciudades del futuro.
Mejorando la vida de los ciudadanos
De esta forma, mediante la combinación de hardware y software (IoT, sensores, algortimos, big data) y la recogida de datos que emiten los dispositivos móviles como tablets o smartphones, se examina la actividad peatonal y la información ambiental. Por tanto, se consiguen patrones de comportamiento que examinan la frecuencia de tránsito en una calle o en un parque, la calidad del aire, las temperaturas, los niveles de luz o ruidos, etc.
Así, para la urbanista, más allá de mejorar las infraestructuras, el desarrollo de las Smart cities debe ir enfocado a ofrecer servicios en tiempo real a los ciudadanos basados en la demanda. “Gracias a estas conclusiones, las urbes pueden ofrecer servicios de forma más veloz, modificar las rutinas de mantenimiento y de limpieza, y volver a diseñar esos espacios. Las urbes son para la gente. No nos interesa crear tecnologías que no solventen inconvenientes reales”, explica Salazar.