¿Cómo se están preparando las empresas para obtener y gestionar el zero party data en un mundo cookieless?

Alejandro Soto, Head of Business Development & Strategy de InLoyalty,analiza, durante el encuentro digital, “El valor estratégico de los programas de fidelización como principal fuente de ‘zero party data’ en un mundo cookieless” cómo se están preparando las empresas para obtener y gestionar el zero party data en un mundo cookieless.

El directivo ha destacado que “la marea de fondo originada por la desaparición de cookies de terceros está teniendo un impacto más amplio de lo que en un principio cabría esperar y ha abierto un periodo de reflexión en las organizaciones que está conduciendo a la revisión de los programas de fidelización desde tres puntos de vista. El primer lugar desde un punto de vista tecnológico. El cliente está acostumbrado a operar en entornos digitales por ello contar con una plataforma tecnológica que dé soporte, bien preparada, optimizada para este propósito que garantice una buena experiencia de uso y pueda resolver con solvencia los requerimientos funcionales y  normativos que son muy específicos en el mundo de la fidelización condiciona mucho ya que cualquier barrera o rigidez que pueda plantear la tecnología puede derivar con facilidad en una limitación estratégica a medio plazo que puede ser más difícil de salvar o con un impacto mayor”.

En segundo lugar, Alejandro Soto destaca como imprescindible una revisión no solo desde un punto de vista legal de cumplimiento normativo con relación al uso que las marcas hacen de los datos del cliente sino aplicando una visión ética mucho mas amplia y mucho mas autoexigente del dato del cliente. “El cliente digital está empoderado, es consciente del valor económico de sus datos y está preocupado por la seguridad y el uso que se hace de ellos. Por ello valora muy positivamente la transparencia y el compromiso que las empresas pueden tener en este sentido, pero también castiga con firmeza lo contrario con lo cual es un tema para tener muy en cuenta. Las empresas son conscientes y muchas ya trabajan en esta línea”.

En tercer lugar, las marcas, una vez resueltas las bases tecnológicas y jurídicas del programa en un ejercicio básico de pura coherencia están trabajando en alinear la proyección pública y la propuesta de valor de sus programas de fidelización con este nuevo marco de relación que e está constituyendo. “Tratando de que el cliente reciba con claridad los principios sobre lo que se está construyendo y que ello tenga un reflejo en los principales elementos estratégicos que configuran habitualmente la arquitectura de un programa. Puede ser la mecánica, los incentivos, el tipo de comunicación, la frecuencia, etc.”

“En definitiva, la nueva realidad que afrontan las marcas para construir la fidelización del futuro supone una gran oportunidad para hacer las cosas bien y diferenciarse de la competencia, pero exige resolver con cierta urgencia cuestiones técnicas, jurídicas y de negocio que no son triviales y que pueden llevar algún tiempo de adaptación y cierta inversión”, concluye.