Nuevas tecnologías para acabar con la desigualdad

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El empleo, la salud y la educación son tres de las áreas clave de la sociedad que el desarrollo tecnológico está cambiando a una velocidad nunca vista hasta ahora.

La llegada de las nuevas tecnologías se presenta como un arma de doble filo. Por un lado, puede llegar a crear cierta desigualdad en ámbitos específicos, como podría ser la destrucción de puestos de trabajo. Pero también lleva implícito un potencial inigualable para convertirse, mediante su universalización y correcto uso, en un acelerador que ayude a combatir la desigualdad en el mundo.

Así se explicó en la XXVI edición del Future Trends Forum (FTF) «Tecnología y Desigualdad: un mundo más justo y próspero», que tuvo lugar en Madrid. En las conclusiones se analiza cómo la tecnología podría ser parte del problema, pero también una destacada solución que contribuya a hacer realidad el acceso universal a los servicios básicos.

Para que la tecnología pueda contribuir a combatir la desigualdad del planeta, el documento presentado señala una serie de propuestas. Entre las más destacadas figuran el reconocimiento de Internet como un derecho humano, el uso de mentores digitales basados en la inteligencia artificial, la creación de una reválida digital para los niños, así como la introducción en el entorno educativo de la financiación vía crowdfunding, además de otros elementos como el uso del Open Data para el sector de la salud, o la creación de un Banco Digital de propiedad intelectual.

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De hecho, el desarrollo de estas innovaciones podría contribuir a hacer más accesible la educación, mediante la reducción de costes y su acceso desde cualquier lugar, de manera que favorezca la empleabilidad y mejore la adaptación profesional de los individuos en este mundo en continua evolución.

En el ámbito de la salud, el estudio recalca la posibilidad que la tecnología tiene para reducir las grandes diferencias existentes entre los seres humanos que acceden a los servicios sanitarios y los que sufren graves consecuencias por no disponer de ellos. Como indican desde la organización, se trata de un agente de gran poder que “contribuye a mermar la desigualdad que provoca”.

Nuevas tecnologías para acabar con la desigualdadEn este sector ya están funcionando nuevas herramientas, como son el blockchain aplicado a los historiales médicos, el Internet de las Cosas a través de los wearables, o la telemedicina.

Por último, en el ámbito del empleo, las organizaciones empresariales, principales generadoras de puestos de trabajo, deberán afrontar una adaptación a la transformación tecnológica y digital para sobrevivir a corto plazo.

Desde el estudio recomiendan la adopción de algunos cambios, como es la implantación de estructuras horizontales, así como de una flexibilidad en los horarios y la experimentación de una economía más informal.

Aquí serán los emprendedores los precursores de una innovación adaptada a la tecnología, por lo que se convertirán en uno de los actores que provoquen prosperidad y lideren el cambio.

Para potenciar la aceleración digital, así como la adopción y el acceso de los ciudadanos y las instituciones a las nuevas tecnologías, será esencial que los poderes públicos apoyen el desarrollo tecnológico en cada país.

Fuente El Mundo