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Tras la COVID-19 las pequeñas y medianas empresas operarán con procesos sistemáticos de búsqueda, selección, organización y accesos sencillos y rápidos a la información que necesiten. Esto no solo agilizará la operativa del negocio, sino que mejorará la comprensión de los datos sobre las diferentes áreas específicas que componen la organización. Y repercutirá en positivo, no solo sobre la ejecución de las tareas del día a día, sino sobre su cuenta de resultados. Eso sí, la tecnología será más importante que nunca para dar soporte también a esta gestión transversal del conocimiento.

En el entorno de las pymes resulta clave poder aprovechar y también transferir el conocimiento desde el lugar en el que se genera hasta el sitio en el que se debe utilizar. Este “viaje” del conocimiento debe ser fluido y seguro y debe facilitar el trabajo colaborativo, incluso, entre diferentes entornos de trabajo. También, por supuesto, en modelos laborales en los que el trabajo en remoto sea la norma o una forma de operar habitual. Por ejemplo: si los datos financieros aportan un conocimiento amplio y detallado al responsable financiero sobre la situación económica del negocio, este conocimiento debe poder ser accesible, también para el responsable comercial quien, se beneficiará de él para diseñar nuevas políticas y estrategias comerciales.

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Es decir, no solo es estratégico poner los datos al alcance de las personas relevantes, sino que, hay que dar un paso más allá y apostar por el intercambio del conocimiento que se genere y/o se adquiera. Todo ello exige, además de las soluciones tecnológicas adecuadas, el desarrollo de competencias y habilidades específicas. Ahora bien, la gestión eficiente del conocimiento reporta beneficios tangibles al aumentar el valor del negocio ya que, resulta fundamental a la hora de alcanzar los objetivos propuestos, permitiendo, incrementar las ventas, mejorar la relación con clientes y/o proveedores o facilitar el acceso a nuevas fuentes de financiación más seguras y rentables…

Una de las claves para gestionar el conocimiento con éxito en una pyme, es implementar procesos flexibles en los que el intercambio de información sea fluido y constante. Es decir, de nada sirve que una persona sepa hacer algo muy bien si no comparte con el resto del equipo su “secreto”, llamémosle habilidad, capacitación, conocimientos… Tampoco sirve de mucho disponer de la información detallada al milímetro si no se cuenta con el conocimiento necesario para interpretarla y aplicarla.

Gestionar el conocimiento requiere de un compromiso explícito por parte de toda la empresa -también de sus directivos- que deberán hacer que los diferentes estamentos del negocio sean, no solo permeables, sino, además, proactivos. Pero, desde el punto de vista de la gestión empresarial, la gestión del conocimiento también implicará la implementación de nuevos modelos de relación con las personas, el diseño de nuevos procesos y, por supuesto, la aplicación de nuevas soluciones tecnológicas que agilicen, que flexibilicen y que den soporte a esas nuevas políticas. Y todo ello, teniendo en cuenta las condicionantes que impone el trabajo en remoto. En adelante, las pequeñas y medianas empresas buscarán ser más productivas, liderar o mejorar su posicionamiento de mercado o identificar y aprovechar nuevas oportunidades de negocio. Y lo harán a través de procesos de gestión del conocimiento mejorados y un aprovechamiento más eficiente de sus recursos. Con respecto a la gestión del conocimiento las pymes recurrirán, entre otras muchas opciones a su disposición; a la formación, las comunidades de práctica en las que expertos en una materia profundizan sobre temas concretos para trasladar luego el conocimiento adquirido al resto de la organización o las comunidades internas de aprendizaje para quienes quieran adquirir nuevos conocimientos que poder compartir con el resto. Pero, darán más valor a los modelos de relación virtual, es decir, socializar, aprender y compartir, pero en remoto, al menos, mientras dure el efecto COVID.

Y, con respecto al aprovechamiento eficiente de sus recursos, las pequeñas y medianas empresas buscarán la complicidad de los ERP más modernos del mercado. En este sentido, triunfarán los sistemas que proporcionen amplias funcionalidades en sus versiones estándar, una amplia batería de servicios adicionales y que aporten la velocidad, la facilidad de uso y la seguridad que necesitan los negocios de la era digital. Y, en todo caso, las pymes depositarán su confianza en aquellas soluciones que, de verdad, muestren un impacto medible sobre la rentabilidad de su negocio y que operen o puedan operar, sí o sí, en la nube.

Por Marta Romero, responsable de gestión de personas de Datisa