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2020 fue un año de inflexión para las plataformas de reparto a domicilio. Los confinamientos y las restricciones ligadas al comercio y a la hostelería dispararon la demanda de este tipo de servicios. Durante los meses de cierres, como cifró la consultora especializada NPD, el número de pedidos creció un 33% respecto al mismo año de 2019, y pese a estabilizar su crecimiento en los meses posteriores, el delivery dobló su cuota dentro del sector hasta alcanzar el 8% de todo el gasto en restauración.

Además, durante ese año, las principales plataformas del sector delivery que facturan en España registraron importantes incrementos de facturación. El reciente depósito de cuentas de Deliveroo, que no actualizaba sus números desde 2016, permite acometer una comparativa con los rivales con los que competía en esta actividad, excepto Uber Eats, cuyos ingresos se facturan a una sociedad radicada en Holanda.

Los cuatro operadores que facturan en España cerraron 2020 en negativo, el crecimiento no se tradujo en la rentabilidad de sus operaciones Clic para tuitear

Entre Glovo, Just Eat, la propia Deliveroo y Stuart, el crecimiento medio de la facturación fue del 36%. El mayor lo protagonizó Stuart, la más pequeña de las cuatro, que se disparó un 60%, pero todas estuvieron por encima del 20%, según los datos presentes en sus respectivas cuentas anuales, depositadas en el Registro Mercantil.

No obstante, ese crecimiento no se tradujo en la rentabilidad de sus operaciones, el caballo de batalla que este tipo de plataformas tienen aún por delante de sí, dado el elevado coste que suponen los repartidores en proporción a sus niveles de ingresos. Incluso Just Eat, la única que sí ha podido dar resultados positivos, cerró 2020 en negativo.

En concreto, para medir esa rentabilidad operativa, se ha seleccionado el resultado de explotación de cada compañía, para evitar los efectos que, en la mayoría de los casos, tienen los gastos extraordinarios, como deterioros, o provisiones por cuestiones laborales, sobre su rentabilidad neta.

Un problema de costes

Cabe destacar que la menos rentable durante ese año fue Glovo, que acumuló una pérdida de explotación de 110 millones de euros, seis más que en el año anterior, pese a que sus ingresos individuales, crecieron un 35% hasta los 140 millones de euros. Gastos como los pagos a los riders, todavía autónomos aquel ejercicio, crecieron un 21% hasta 139,2 millones, prácticamente el 100% de sus ingresos. También se dispararon los costes en publicidad y marketing, un 37% hasta 46 millones. Todo ello en una empresa que, como dice en su informe de gestión, está en «lanzamiento», lo que le ha llevado a tener siempre resultado negativos.

Just Eat es el segundo operador en ingresos, con 54,7 millones en 2020, un 24% más. Tras tener el año anterior un resultado de explotación positivo de 6 millones, en 2020 fue negativo en 2,2. El motivo, que los costes relacionados con los envíos se dispararon un 118% hasta 19 millones, muy por encima del ritmo de crecimiento de los ingresos. A diferencia de otros, Just Eat contrataba con empresas externas los servicios de los repartidores.

Por su parte, Deliveroo también tuvo una pérdida de explotación en su último año completo en España. Fue de 20,8 millones, menor que la del ejercicio anterior. En su caso, redujo en dos tercios su gasto en publicidad, lo que, unido a los mayores ingresos, de 31 millones, le permitió reducir la pérdida. Pero sus operaciones siguieron lejos de ser rentables por el coste de sus repartidores, que se elevaron a 21,4 millones, casi el 70% de su facturación.

La última de las analizadas, Stuart, creció un 60% hasta 15 millones, pero el crecimiento en todas las partidas de gastos continuó generando una pérdida de explotación de 2,6 millones. Esta ha anunciado que en 2021 mejoró su facturación un 45%, aunque no detalló su rentabilidad.

Fuente: Cinco Días