El envío a domicilio, la salvación de los restaurantes tradicionales

Desde hace más de un año, las franquicias de restaurantes en Estados Unidos acumulan una importante caída en ventas y clientes. Caída que destapa graves problemas estructurales: el cierre de muchos centros comerciales, la venta online y los nuevos hábitos de consumo amenazan el modelo tradicional de restauración.

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Los restaurantes son una clara víctima de la crisis del comercio minorista en Estados Unidos. Así lo apunta la consultora TDn2K, con un dato claro: en el primer trimestre del año, la facturación cayó un 2,4%, y acumula ya cinco periodos de resultados negativos.

El fuerte retroceso del número de clientes, que entre enero y marzo cayeron un 3,6%, explican la caída en las ventas.

Pero no todos los establecimientos sufren por igual esta caída en picado de los clientes.

Mientras la facturación de cadenas de restaurantes como Applebee cae trimestre a trimestre, franquicias como Taco Bell registran un crecimiento en ventas cercanas al 10%.

Los perdedores… y los ganadores

Los principales restaurantes afectados son los se encuentran en la categoría de casual food, es decir: establecimientos con servicio en mesa, precios ajustados y comida de mejor calidad que la fast food.

Al igual que sucede en España con Vips o Foster Hollywood, la mayoría están organizados en cadenas de franquicias.

En Estados Unidos, enseñas que tuvieron su apogeo antes de la crisis se han declarado en quiebra: Logan’s Roadhouse, Souplantation, Ignite Restaurant Group… y la lista no para de crecer.

La expansión de estas franquicias corrió en paralelo a la construcción de centros comerciales a las afueras de las ciudades, a partir del año 2000.

Los restaurantes de comida rápida y casual crecieron un 550% desde 1999 a 2014, con un volumen de negocio que alcanzó los 67.000 millones de dólares.

Hoy, los mismo centros comerciales que les vieron crecer son uno de los problemas del sector, y la caída de visitas a las superficies comerciales está causando estragos entre las cadenas de restaurantes.

Frente a estos cierres, los clientes más jóvenes se están desplazando a otros tipos de restaurantes como Chipotle, Shake Shack o Taco Bell.

Se trata de cadenas que ofrecen servicio rápido sin camareros, lo que conlleva menor coste de empleados, y mejor calidad en la comida que el típico fast food.

La salvación online

Según la consultora NPD, el único segmento que se salva para el sector es el pedido a domicilio.

A medida que el número de clientes cae, los restaurantes están intentando aumentar las ventas por el canal online.

Incluso McDonald’s está probando la entrega a través UberEats, y otras franquicias están desplegando su propia red de reparto.

Pero la transición requiere inversión y adaptación de la tecnología en formas de pago y venta online.

Muchas de ellas, como TGI Fridays, Chili’s, y Maggiano’s, están confiando en Grubhub, servicio estadounidense similar a Just Eat en Europa.

Otras, como Outback Steakhouse, apuestan por desarrollar su propio servicio, pero desde NPD advierten que esto implica un significante incremento de costes y menores ingresos por persona.

Fuente El Economista