Aquellos que han realizado alguna compra últimamente en un supermercado online saben que las webs eficientes y buenos servicios pertenecen a empresas que han llegado recientemente al terreno del eCommerce. Además la flexibilidad de entrega no es muy elevada, mientras que por el contrario el precio del envío sí, por lo que suele pasar que al final existe la tentación de acudir directamente al supermercado físico.
Según el último estudio de Nielsen, aunque en España el eCommerce de gran consumo creció un 18% en el último año, por ahora las cifras son muy bajas en comparación con otros mercados, como los de Francia o Reino Unido.
Aun así el problema de la venta online en los supermercados es general, ya que se trata de un mercado al que le cuesta mucho conectar con el consumidor, no respondiendo a sus expectativas, ni ofreciendo los servicios que demandan.
Un informe de Unata y Environics Research muestra que sólo un 8% de los consumidores en Estados Unidos hizo la compra online en 2016, siendo un 38% los compradores online que aseguran que el supermercado de siempre no está disponible en Internet, y dos tercios los que cambiaría de empresa para disponer de un servicio online mejor.
Con respecto a los hábitos de consumo de estos compradores, desde Brick Meet Click aseguran que si los supermercados quieren sobrevivir tienen que cambiar su forma de operar en Internet, ya que en sólo dos años la cifra de compradores online de alimentación se ha doblado, aunque no encuentran el servicio que esperan.
En un escenario cada vez más online, los supermercados deberán adaptarse y comprender que Internet es cada vez más importante en los hábitos de consumo de sus compradores. Por ello cobrar cerca de 7 euros en gastos de envío no tiene sentido, al igual que no cuidar del diseño web, sobre todo en las cadenas de distribución españolas que cuentan con muchos muy poco cómodos.
La entrada de grandes marcas, como Amazon, hace que la competencia crezca, tanto en la entrega como en los costes. Una realidad que deberá tener en cuenta, sobre todo de cara al consumidor millennial, que usa cada vez más este tipo de servicio y trae un cambio inevitable.