El humilde código de barras tiene 50 años y pronto será sustituido por su sucesor, el código de barras 2D, que promete revolucionar aún más el sector minorista.
El código de barras, ese conjunto de líneas, espacios y números que nos resulta tan familiar a minoristas y consumidores, nació de la necesidad de un minorista de alimentación que quería tener información de los productos que despachaba.
En 1970 se llegó a un estándar que fuera aceptable para toda la industria, y en 1991 se introdujo oficialmente en el mercado.
Hoy en día, todo se controla y gestiona a través de códigos de barras y su uso se ha extendido a todas las fases de un producto yendo mucho más allá del control en el checkout.
Cómo el código de barras ayuda a los minoristas
Gracias a este conjunto de barras, espacios y números, los minoristas tienen el control de sus productos en todo momento y les permite optimizar varios procesos de sus tiendas y almacenes:
- Control en almacén: con un simple escaneo el personal de almacén sabe dónde tiene que ir cada producto a la recepción de mercancía y tener un estado en tiempo real de existencias y posibles roturas de stock así como evitar posibles pérdidas.
- Control del inventario: conocer en tiempo real dónde está (o no está) cada producto para optimizar el proceso de compras y reabastecimiento entre almacenes.
- Preparación de pedidos: sabiendo dónde está cada artículo la preparación de pedidos online puede efectuarse rápida y eficazmente tanto si se envía desde el almacén como desde el inventario en tienda.
Con un consumidor que busca experiencias de comercio unificado, el código de barras también permite a los minoristas mejorar la experiencia del cliente agilizando las operaciones en la tienda y permitiendo a los establecimientos ofrecer nuevos tipos de servicio, como el autopago, Click & Collect y Ship from Store. el envío desde la tienda.
La evolución del comercio unificado
A lo largo de los últimos 50 años, se le han ido sumando responsabilidades al código de barras y ha llegado la hora de buscarle un apoyo. Un apoyo en forma de evolución hacia el código de barras 2D.
Extensamente conocido como QR, estos códigos nos permiten escribir más información entre sus líneas y espacios que son muy relevantes en la evolución del comercio unificado.
El orígen del producto, cómo se ha elaborado, sugerencias de uso, caducidades, ofertas y todo lo que un minorista y un consumidor pueda necesitar.
Las primeras apariciones del QR fueron en restaurantes, una buena manera de reducir el uso del menú y que cada comensal tenga a mano la carta en todo momento. Ahora ya encontramos estos códigos en entradas de espectáculos, en parkings y en los códigos de descuento de algunos supermercados.
Algunos expertos opinan que en 2027 tomarán el control de todos los productos del comercio minorista, ¿estamos ante el último cumpleaños del código de barras tradicional?
PARA SABER MÁS
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