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Que la industria del calzado es una de las más contaminantes no es ninguna novedad. Pero sí que lo es cuando se consiguen aunar fuerzas para paliar de alguna manera esta huella medioambiental que se está dejando con nuevas opciones de calzado sostenible. Nuestras zapatillas Naw son el resultado de varios años de investigación, de prueba y error y de muchos quebraderos de cabeza para llegar a conseguir lo que ahora mismo es: una zapatilla deportiva respetuosa con la pisada natural de los niños, que fomenta la relocalización industrial, que gira en torno a la pisada natural y que combina diferentes tecnologías para hacerla única y sostenible. 

Dentro del calzado, las suelas son el componente más contaminante y la mezcla de materiales hace imposible separar sus componentes para un posterior reciclado. Para evitar que ocurra esto, trabajamos en el diseño industrial de pisos monomateriales junto con biomecánicos y arquitectos que permiten la mayor innovación en el deporte a la vez que se pueden reciclar el 100% de sus suelas. Además de tener en cuenta la producción, un diseño que respeta la pisada natural tiene bastante sentido a la hora de crear un zapato óptimo para los primeros años de vida de los niños, y no solo en los niños. Vivimos en una era donde la salud y el bienestar forman parte de la preocupación de la sociedad. Hemos visto como en el sector de la alimentación existe una gran consciencia por lo natural, lo no procesado. En la industria del calzado también está llegando la evolución por lo natural, lo natural y lo saludable. 

Para conseguirlo partimos de una base, y es que el calzado sea respetuoso con nuestra fisiología. Esto significa que el zapato no modifique la pisada si lo comparamos con andar descalzo. Por ejemplo, que los dedos tengan el espacio que necesitan gracias a una horma amplia por la parte delantera, que la altura del zapato sea la misma en los dedos que en el talón, o que en cada pisada se pueda mover con libertad cada parte del pie. De esta manera, el niño tiene una sensación de confort natural que le garantiza la flexibilidad y estabilidad que necesita en cada movimiento, ya sea en su día a día o en la práctica de deporte. 

Para cumplir con esta premisa de volver a lo natural y no olvidarse de las necesidades básicas que debe aportar un calzado, entra en juego la tecnología. Esta garantiza la mejor adaptabilidad dinámica de la pisada deportiva. En Naw contamos con un modelo de utilidad registrado sobre un diseño industrial basado en una trama de volúmenes geométricos huecos que posibilitan reducir las cargas plantares, muy importante sobre todo para evitar lesiones en los deportes de impacto como el baloncesto o correr, así como el uso de materiales estables, ligeros y de gran adherencia. Por otro lado, una suela fina favorece la pisada estable y un contacto más directo con el suelo. En nuestro caso, la suela de Naw es de 8mm y zero drop, lo que ayuda a fortalecer la estructura anatómica del niño. Todo esto es posible gracias a la tecnología Bubble Ground, la cual hemos registrado y que hace que la zapatilla sea flexible, técnica y monomaterial manteniendo la pisada natural en la marcha.

De esta manera, ayuda a reducir las presiones del impacto, favorece la aireación en el diseño y, por tanto, la termorregulación a través de un sistema de volúmenes huecos distribuidos en una trama como una capa funcional. El diseño de pisos monomateriales nos abre un nuevo modelo consciente de diseño de suelas deportivas de economía circular a través del ecodiseño. Gracias a esto está siendo implementado un proyecto que englobará la circularidad de los procesos de producción de forma que al final de la vida útil del calzado el cliente tendrá la posibilidad gratuita de retornar la zapatilla y esta será procesada de forma que los pisos pasarán íntegramente a ser materia prima para la ejecución de solados de parques infantiles, de ese modo el componente más contaminante por su peso y material del calzado será devuelto como materia prima y así se minimizarán la generación de residuos.

Para esto ya colaboramos con centros tecnológicos como el CTCR y CETIA y vamos de la mano de empresas locales para poder cerrar ese círculo y mejorar la gestión de los residuos que la propia Naw genera yendo de la mano de los ODS 2030 (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y más allá de esto buscando soluciones reales a problemas inminentes para aportar con innovación en positivo.

La proximidad junto a la circularidad son los ejes de nuestro proyecto. Nuestras zapatillas están diseñadas y desarrolladas en San Sebastián y fabricadas en Europa en colaboración con Centros Tecnológicos y proveedores especializados. Esta cercanía nos ayuda a minimizar nuestro impacto con el planeta. La economía circular es un enfoque que cambia la forma de pensar, de ver cómo las cosas se pueden hacer de otra manera menos perjudicial. El consumo de productos es una realidad con la que convivimos, pero debemos ser capaces de buscar la manera de darles un nuevo uso, extendiendo su ciclo de vida, bien sea reparándolos, compartiendo o reciclando. 

Por Silvia Echeverría, fundadora y CEO de Naw

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