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Las empresas tradicionales con décadas de experiencia bajo el brazo se han visto obligadas a sumarse a la evolución digital de la última década, con herramientas online que les permitan llegar a otros segmentos de consumidores potenciales, y sin dejar de atender a su clientela habitual.
Uno de estos negocios es el de Santarrufina, un centenario comercio de artículos religiosos de Madrid cuyo dueño, Rafael Molina, explica “que Internet no solo les ha ayudado a tener una mejor penetración de mercado a nivel nacional e internacional”, sino que también les ha permitido poder crear un foro de noticias y opinión sobre la religión católica.
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Este tipo de tiendas físicas han tenido que apoyarse en compañías tecnológicas para mantener su hegemonía en el mercado, así como para asegurarse la supervivencia. Tal es así que un informe de Forrester Research asegura que ocho de cada diez locales que disponen de un servicio de venta online han mejorado su posicionamiento en Internet e incrementado su relación con los clientes.
En el caso de Santarrufina, para introducirse en la “revolución 2.0” decidieron crear una web, apostando más tarde por el comercio electrónico, donde ahora explican que “es raro el día que no nos llega algún pedido”, indica Molina.
Otro negocio castizo de Madrid es Guitarras Ramírez, que usó la red como altavoz para propulsar a la empresa. A este respecto su gestora Cristina Ramírez asegura que “ahora podemos tener un contacto más cercano con el cliente. Gracias a ello, el negocio ha evolucionado bastante”, preparando dentro de poco su lanzamiento a la venta online.
El éxito de haber sabido imponerse a la competencia en Google es “acercarse a la gente joven y a los guirarristas”, destaca Cristina Ramírez, además de tener cuentas en todo tipo de redes sociales, como Facebook y Twitter, donde promocionan los productos y dan a conocer la historia de su local.
Actualmente para muchas de las sociedades españolas una apuesta segura son las agencias tecnológicas que ayudan en la planificación de la estrategia de marketing digital y en el posicionamiento web.
Como explica el director comercial de Iempresa, Eusebio Niño, el reto de las empresas tradicionales es demostrar a sus clientes los beneficios de comprar online. “Al final se dan cuenta que los pedidos salen más baratos y que cuando van a recogerlos no tienen ni que hacer cola”. Para Niño, al final lo importante está en la calidad del producto, en “el offshore”.
Por otro lado hay que gestionar bien las valoraciones y comentarios de las webs de opinión para “cuidar la reputación online”, ya que los comentarios malintencionados “pueden venir de la propia competencia”.
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