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En los últimos dos años, la influencia de las marcas de distribuidor ha experimentado un aumento significativo en los supermercados nacionales, llegando a representar el 43,7% de las ventas en 2023, en comparación con el 38,5% registrado en 2021. Este incremento se ha visto impulsado tanto por la estrategia adoptada por las cadenas como por el aumento de los precios, según datos proporcionados por Worldpanel de Kantar.

En concreto, en esta tendencia general de fortalecer la presencia de las marcas blancas en los estantes, destaca el notable porcentaje alcanzado por estos productos en el negocio líder de la distribución alimentaria en nuestro país, Mercadona. Según las cifras de la consultora, Mercadona cerró el año 2023 con una participación del 74,8%, frente al 73,4% registrado en 2022, consolidándose como el segundo actor con mayor presencia de marca blanca en su negocio, solo superado por Lidl, el especialista en descuentos alemán, que aumentó su participación del 79,9% al 82,1%.

Aldi ocupa el tercer lugar. Este especialista en descuentos de origen alemán, con una participación del 69,3% de la marca propia en el valor de su negocio, considerablemente por debajo de Mercadona. El ranking de las principales cadenas de distribución en este aspecto lo cierra El Corte Inglés, con una marca propia que representa el 15,3%.

Estos datos indican un crecimiento en la importancia del valor de la marca del distribuidor en todos los operadores durante el año pasado, una tendencia que se espera que continúe en 2024, aunque de manera moderada, según César Valencoso, Consumer Insights Consulting Director de Worldpanel. Valencoso señala que estamos entrando en un nuevo ciclo después de un periodo de crisis debido al Covid y la posterior inflación, con perspectivas de crecimiento moderado en el IPC, control de la inflación y disminución del desempleo.

Este nuevo periodo estará marcado por tres tendencias en el consumo masivo: estabilización en el volumen de ventas, desaceleración en el crecimiento de la presencia de la marca del distribuidor y la recuperación de antiguas tendencias de consumo, que serán reinterpretadas. A pesar de una caída del -0,2% en el volumen de compras en 2023 en España, la estabilización es evidente, y se atribuye en parte a un consumidor más consciente del gasto (49,6%), reducción del desperdicio (24,6%), cambio del canal especializado al dinámico (14,5%) y la consolidación de platos preparados y el servicio de entrega (11,3%).

Respecto a las motivaciones de consumo, se destaca que en los últimos cinco años apenas han cambiado, con la conveniencia en el primer lugar (25%), seguida del placer (22,7%), el sabor (18,8%), la salud (16%) y la costumbre (12,7%). A pesar de la pandemia, las únicas motivaciones que han experimentado un refuerzo desde 2019 son la practicidad y la búsqueda de placer, con incrementos del 0,8% y 0,5%, respectivamente, mientras que el interés por la salud retrocede un 0,8%. Valencoso sugiere que este cambio podría deberse a un cambio en la mentalidad del consumidor, que ahora busca placer en lo que antes consideraba motivaciones saludables.

Ante este escenario y la tendencia hacia una mayor concentración de cuotas en la distribución alimentaria, Valencoso anticipa un periodo en el que los minoristas deberán esforzarse en alcanzar una mayor excelencia para competir. En este sentido, recomienda reinvertir en aspectos que fueron descuidados en los dos años anteriores, como la promoción, los medios y la variedad de productos.

Fuente: Eleconomista.es